Opinión: Otra vez María Corina

Por: Amalio (Mayito) Solano
amasol-5@hotmail.com

Estoy totalmente de acuerdo con la diputada María León “La leona”. Aquí no puede haber privilegio para nadie, no puede haber más impunidad. Aunque el presidente Chávez no actúe contra aquellas personas que los ofenden, ella sí va a actuar; porque una diputada no debe mostrarse de esa manera como lo hizo María Corina Machado, ofendiendo en la Asamblea Nacional y en cadena de radio y televisión, al presidente de la República Bolivariana de Venezuela, comandante Hugo Chávez Frías.

Ese día de su irrespeto a la alta investidura del presidente de todos los venezolanos (aunque la oposición no lo reconozca), parecía por su seriedad, una persona fuera de la orbita terrestre Esta señora que le faltó el respeto a su mamá, no podemos esperar de ella otra cosa sino irrespeto para el pueblo; como también lo hizo con los habitantes de Petare, cuando le inventó aquello de que la habían atacado y le habían herido a uno de ellos.

Yo respaldo a María “La leona”, por su insistencia de que hay que sancionar a la precandidata que aspira con el uno por ciento llegar a la presidencia. Las mujeres también la respaldan y el presidente de la Asamblea Diosdado Cabello, tendrá que escuchar la petición de la mayoría de los y las diputadas del gobierno; porque a esa señora hay que enseñarle el camino donde puede adquirir experiencia política sin ofender a las personas. Con esa actitud no se gana ranking.

Si Chávez hubiese actuado pidiendo sanción para la diputada, seguro que la oposición hubiese pedido al Todo Poderoso, la muerte para el presidente, pero como lo que hizo fue llamar a la calma, a la paz; han dicho que María Corina si “tiene bola”, se le paró a Chávez. Esa señora creyó que se la comió y lo que hizo fue ponerse al desprecio de las mujeres venezolana.

Al ser abordada por los periodistas consideró que el presidente le mintió al país y que “es la peor forma de irrespetar a un pueblo y a una sociedad”.
Para la diputada el presidente ofendió a un pueblo, es decir, a su pueblo y a su sociedad. Para que vean ella no quiere un solo pueblo que es el pueblo venezolano, ni una sola sociedad que es la sociedad venezolana. Ella quiere como todos los candidatos de la oposición, un país dividido donde se vea la pobreza de los pobres y la riqueza de los ricos, de esa sociedad pudiente.

Mientras Hugo Chávez habla de una sociedad, de un pueblo unido donde todos seamos iguales, ella dice lo contrario. Así que aquí, gobernando ellos, los pobres no tienen esperanza de vivir en igualdad.

Después de lo sucedido en la Asamblea, el comandante le estrechó la mano a María Corina a la salida recinto y ella le mostró una sonrisa. Pero esta mujer lo que muestra en verdad es odio en sus labios y mentira en sus ojos. Está empeñada en que quiere debatir con el presidente y recibió una respuesta del comandante en la que la invita a que gane la primaria. Además, ¿cómo una persona que tiene el uno por ciento en las encuesta aspira a que otra que tiene más del sesenta por ciento le de oportunidad de debatir con él?

Al presidente Hugo Chávez la oposición le critica todo lo que hace. Bueno, eso es el papel de ellos. Pero no dijeron nada con respecto a que él le dio la oportunidad de que le hicieran preguntas rompiendo con el protocolo. Nunca antes se había hecho algo así, y recibieron una lección ante sus preguntas.

Por allá por Barquisimeto, en la procesión de la Divina Pastora, María Corina dijo que el presidente estaba pintando un país que no existe. La verdad que esta dama está loca. Ella anda recorriendo Venezuela, pero no quiere ver ese país que pinta Chávez, no quiere ver la verdad de quienes vivían en los cerros y quedaron damnificados y se le han entregado sus casas o apartamentos amoblados.

Ella junto con los otros precandidatos opositores no quieren ver las viviendas que están construyendo para las otras personas que están en la misma situación. Tampoco quieren ver cómo avanza Venezuela a ser una potencia.

La precandidata sólo ve la ausencia de la leche, pero no dice que la acaparan los comerciantes. A ella se le olvidó cuando la botaban en el río. Preferían verterla en las aguas para que las madres sufrieran junto a sus pequeños hijos. Eso no lo recuerda.

A María Corina por su irrespeto, por sus mentiras y mujer mal criada sólo por eso la recordarán. Y ella no podrá olvidar que “Águila no casa mosca”.