martes, 4 de enero de 2011

Silvio Orta/"A 4 de los 500"

Por: Silvio Orta Cabrera

Ya antes lo pregunté: “una primogenitura sin incidencia en lo cotidiano, ¿de qué sirve a la cumanidad, a la ciudad humillada, preterida?”. Sin embargo, es pertinente reformular la cuestión al inicio del 2011, apenas a 4 años del 2015 cuando Cumaná cumplirá 500 años, pues pareciera esfumado todo plan celebrador, igual que la conversión de Sucre en emporio gasífero.

De buena fe, una historiadora, expresó hará dos años que toda localidad procura “un rasgo que expanda su orgullo” y que en Cumaná lo fue “la idea de la primogenitura”.

Llamó a no dejarla perder, argumentando que la ciudad mantiene un sitial continental que “debe enorgullecer a sus habitantes”. Coincido con el criterio de que la idea de “primogenitura” se formuló con aquel propósito.

Coincido igualmente en que pese al daño que ha hecho la conversión de esa idea en mera bambalina, no debe perderse. Pero disiento del argumento. La ciudad no mantiene ningún sitial continental.

Mal puede mantenerlo cuando al menos desde 1980, lo que se mantiene es su estancamiento. Corrijo: estancada no está. Va palo abajo.

La ciudadanía no ha conformado el sistema necesario para defenderla e impulsarla. Se estrellan contra el liderazgo de opereta, los compadrazgos y “la sociedad de cómplices” que han imperado e imperan.

Aunque con nuevas caras, que muy caras le están costando, Cumaná sufre ahora los embates de la sociedad de cómplices socialistas. Socios y muy listos, más bien y desde siempre. Chiquitos, vendían sus pañales.

La ciudad no ocupa un sitial continental semejante al de la Colonia y la Independencia. Aquí no vienen Humboldts. De aquí no salen Sucres. Ni siquiera ocupa el sitial nacional de cuando la democracia.

Después del 36 y del 58 y hasta mediados de los 70, aún la admiraba el país entero. ¡Dígame cómo se reconocía y hasta se envidiaba su movimiento cultural hoy farruqueado, bastardeado, enredado, encadenado!

Imagínese, lector: ¡Aquí no enviaron La casa de Sucre, el libro de Emanuele Amodio sobre la Cumaná de fines de la Colonia, editado este septiembre por el Archivo General de la Historia! ¡Me lo consiguieron en San Fernando de Apure! Por el Oriente, Venezuela sigue llegando a Pto. La Cruz.

A cuatro años de sus cinco siglos, podemos desear a Cumaná feliz 2011 sin nudos en la garganta, pues confiamos en que no por nada esta ciudad tiene un río, el Manzanares, y un golfo, el de Cariaco, que supieron unirse para lo bueno, para embellecer el paisaje, para nutrir cardúmenes y llenar de suave arena las playas de San Luis.

Y unidos estarán, como toda su ciudadanía de cumanidad latente, en el cercano 2012. Entonces, por gracia de la victoria, en 2015 los 500 años serán de júbilo y ánimo dispuesto a elevar a Cumaná a su merecido sitial en el país y el continente, para que el soldado de Ayacucho vuelva a exclamar: ¡Ay, Cumaná, quién te viera! Hoy día calla, avergonzado.

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