jueves, 3 de febrero de 2011

Sucre, según Tulio Ramón Badaracco

Antonio José de Sucre, el Gran Mariscal de Ayacucho, fue una pieza fundamental en las luchas independentistas de la historia suramericana, y hoy más que nunca su pensamiento está vigente en los pueblos de la región, afirmó el cronista de Cumaná, estado Sucre, Tulio Ramón Badaracco, en ocasión de celebrarse el 216 aniversario del natalicio de este ilustre guerrero.

Sucre se catapultó como ejemplo de la humanidad por su inteligencia, gallardía y valor como cualidades extraordinarias, “demostró que la inteligencia, puesta al servicio de la libertad, es lo más alto que puede alcanzar el hombre”, expresó el historiador.

Este prócer de la Independencia, nacido en Cumaná (estado Sucre) el 3 de febrero de 1795, fue político, estadista y militar.

Fungió como jefe de Estado Mayor de la división de la provincia de Cumaná; Ministro de Guerra y Marina; General en Jefe del Ejército de la Gran Colombia, comandante del Ejército del Sur, Gobernador de Perú y Presidente de Bolivia.

Hijo del teniente Vicente de Sucre y Urbaneja, y de María Manuela de Alcalá y Sánchez, está considerado el militar más completo de todos los próceres y participó desde muy joven en la gesta emancipadora de la región.

Badaraco recordó las habilidades que el Libertador Simón Bolívar observó en Sucre para llamarlo a batallar a su lado, “era quien preparaba todas las barricadas; el artillero, para esos momentos, cuando los cañones eran difíciles de manejar y eran prácticamente una ciencia".

"Este insigne prócer adquirió mucho valor e importancia, desde el punto de vista táctico, en las guerras que llevaron a Mariño (general Santiago) a triunfar en el oriente venezolano", destacó.

Igualmente, decidió la batalla, desde el campo de artillería que permitió al general Mariño avanzar hacia el centro del país, en Bocachica, donde derribó a José Tomás Boves (uno de los más influyentes caudillos llaneros).

“Era un elemento valioso dentro de las estrategias de guerra. Bolívar descubre en Sucre el valor extraordinario y lo llama a su lado; lo primero a que lo encomienda es la compra de armas en el Caribe”, afirmó.

Dijo que Bolívar quedó asombrado por la habilidad, valor e inteligencia que Sucre depositaba en todos sus actos, es por ello que luego lo nombró Ministro de Marina y Guerra.

“Sucre recoge, por primera vez en la historia de la humanidad, que un guerrero puede pelear a favor de otro país sin perder su dignidad como guerrero (en referencia a sus luchas independentistas también libradas en Perú, Colombia, Ecuador y Bolivia)”, acotó.

Todos estos aspectos los observó Bolívar, “y cuando van a la batalla de Carabobo, la más importante desde el punto de vista táctico porque convergen todas las fuerzas que estaban en armas, obtiene ese triunfo extraordinario que da traste con el poder español en Venezuela”.

Participa en la batalla de Junín y gana la batalla de Ayacucho en 1824, último gran enfrentamiento dentro de las guerras de Independencia hispanoamericanas, que puso final al dominio colonial español en América del Sur.

Su conducción en esta batalla, de las más brillantes de la guerra, le valió a Antonio José de Sucre el título de Gran Mariscal de Ayacucho.

“Los pensamientos de Sucre siguen vigentes hoy más que nunca, a través de los congresos internacionales, en las Naciones Unidas. Todo el mundo demuestra su amor a Sucre, le rinden honores; cualquier monumento que se haga para venerarlo, sería poco para ese caballero extraordinario”, acotó el cronista cumanés.

Este extraordinario patriota de la Independencia es asesinado en Berruecos (Colombia), el 4 de junio de 1830.

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