domingo, 15 de mayo de 2011

Del Valle Serpa/"El mercado Bicentenario en Cumaná"

Por: Del Valle Serpa P
delvaserper@cantv.net

Primero, de este supermercado, ubicado en la Avenida “Gran Mariscal” en el local que antiguamente era de “Cada”, debo decir que la cantidad de carros para hacer las compras que allí había, en su mayoría, desaparecieron, el usuario debe estar a la zaga de que alguien desocupe uno si quiere comprar con la mínima comodidad. Pero en fin, eso sería lo de menos, sin que carezca de importancia, porque me imagino que cuando el Estado venezolano compró el mercado, ese material, los carritos, tenían que entrar entre los haberes de la compra, si eso es así, ¿qué se hicieron?, una vez pregunté y algún vendedor con camisita roja rojita me gritó, con ironía: “se los llevó Chávez”. Estas irregularidades vienen pasando en ese supermercado, la mayoría de las veces está sucio, hediondo; los tomates, las cebollas, las verduras malas revueltas con las buenas, el azúcar o la harina de maíz en el suelo, hasta la semana pasada en el refrigerador donde se colocaba la carne estaban los huevos en sus respectivas cajitas de medio cartón y estaban a temperatura ambiente, lo que me llevó a suponer que el refrigerador estaba dañado, hay carencia de todo, venden, en ocasiones, como que fuera un mercado de mayoristas y no de minoristas.

A este mercado, casi nunca voy, porque cada vez me da rabia y al finalmente salgo peleando y no compró nada, pero es que me parece injusto que unos trabajadores no reconozcan el esfuerzo que hace el gobierno para proveernos cada día el pan y a esos trabajadores no sólo el pan sino el trabajo, y no valoran y no comparan las condiciones de trabajo que ahora tienen con las de antes.

En uno de estos días, el día 7 de mayo como a las 12 del mediodía después de mis labores, voy a hacer unas compras a este Bicentenario que estoy describiendo. Me encuentro con una cantidad de tomates rotos y podridos mezclados con una cantidad considerable de sanos, cebollas en las mismas condiciones, todos los productos en su mayoría enlatados, no había carne de res o por lo menos no la vi, la carne de cochino a cincuenta y cuatro bolívares el kilo, el pollo en 17, 50, un tipo de sopa a 8 bolívares, la harina de maíz “ Pan” saborizada, no había de la otra. La cuestión es que consigo, por la hora, un carrito fácilmente y empiezo a colocar mis viandas, mientras lo voy haciendo ya casi las doce y media, observo que algunos trabajadores comienzan a sacar cajas de aceite, por supuesto hasta esa hora no había aceite. Cuando me acerco a la caja a pagar, la mayoría de las cajas estaban cerradas y la cantidad de personas que yo había visto al entrar era como diez veces mayor, es decir en el local no cabía una aguja ¿será que alguien les avisa?, y luego vez a esas personas que compran una y otra vez, y todos los días esos productos tan buscados, vendiéndolos como buhoneros.

Yo reclamo, una de las cajeras se desplaza hacia mí y me dice, que ella había cumplido su hora de trabajo, yo por supuesto no le quité razones, pero sigo en mi reclamo, aumento la voz para que me escuchen y alguien me grita: “busque al gerente”.

Encuentro al gerente rojo rojito, sentado sobre las cajas de aceite, inspeccionando la venta de una de las registradoras de cobro que había quedado abierta, le pregunto la razón del cierre de las mismas y me dice que ese es el horario y que el mercado estaba lleno por la venta del aceite, yo le digo que el debe trabajar pensando en las contingencias, tener personas que releven en algunas ocasiones; y su respuesta fue que si él actuaba así, no tendría con que pagar la nómina, le pregunto por el precio de la carne cochino y me dice: “ depende del corte”. Finalmente, me dice con cara de pocos amigos: “vaya dónde a usted le dé la gana y reclame, mi nombre es: Francisco González”.

Ahora, me pregunto: ¿esos mercados los inspeccionan?, ¿Quién lo hace?. Me imagino que ese y cualquier mercado debe funcionar con la misma ley de mercado, ¿por qué otros mercados venden incluso más barato, ofrecen variedad y comodidad y no pierden?. ¿Por qué entonces el Bicentenario de Cumaná presenta esas condiciones deprimente y dice que tendría pérdidas, si ofreciera mejor servicio?, ¿o es qué el pueblo no se merece lo mejor?. ¿O es qué los administradores de algunos mercados Bicentenarios quieren que estos quiebren?, ¿qué quieren demostrar?, ¿qué la administración socialista no sirve?. Cuidado, podrían matar a la gallinita de los huevos de oro.

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