jueves, 11 de agosto de 2011

Amalio Solano/"Azotes de barrio II"

Por: Amalio Solano
amasol-5@hotmail.com

Continuando con el relato de este documental realizado en Ciudad Bolívar, Danny, después de que “El chori frito” lo amenazara para que le entregara el dinero por la venta de la droga, se veía muy preocupado pensando en el problema y en un lugar solitario lo encontró Osvaldo consumiéndola, y conversando con él, comenzó a aconsejarlo y le prometió ayudarlo como a un hermano.

En otro barrio de esta histórica ciudad, dos motorizados y un parrillero hacen acto de presencia. Es “El chori” quien se había comunicado con un “pana” a través de su celular y al llegar al sitio, en su conversación se ponen de acuerdo para otro negocio, mientras sigue jugando baraja con sus compañeros.

Por su parte Ricardo, amigo de Danny, también está preocupado y estando en una sala web, cuando se acercó para pagar se dio cuenta del dinero que tenía el administrador y pensando como quitárselo, al encontrarse con Osvaldo se lo comunica luego a Danny. Y a la tarde los tres llegaron al sitio cuando estaban a punto de cerrar el negocio, ellos disimulando querer una máquina, con arma en mano tomaron por sorpresa a una mujer, luego al administrador y le quitaron todo el dinero. Los tres amigos huyeron en un carro que lo esperaba afuera.

En un bar, Carina, quien fue obligada por su novio “Pachi” a prostituirse y maltratada por la dueña del negocio, se encuentra allí con él; y éste trata de convencerla para que tenga sexo con un cliente. Mientras tanto allá en su casa, su mamá se encontraba preocupada y rezándole a los santos por su hija que llevaba dos días sin verla. Osvaldo al regresar de la calle la encontró con su rosario en las manos y comenzó a consolarla.

Cuando los tres amigos fueron a entregarle el dinero al “Chori frito” en el sitio acordado, se llevaron una gran sorpresa. Carina al ver a su hermano entrar al bar, se preocupó. Ella se encontraba con “Pachi” y el cliente en la mesa. Osvaldo cuando la vio, comenzó a reclamarle y entraron en discusión. Cerca de ellos, Danny puso a los “azotes de barrio” contra la pared y la dueña del negocio partió una copa y le cortó la cara a Carina. Su hermano quien ya le había entregado el dinero al “Chori frito” la auxilia y la lleva fuera del negocio, mientras Danny tomó por el cuello al delincuente y lo sacó del sitio amenazándolo con la pistola, luego lo dejó libre.

El punto de encuentro de estos amigos era la plaza. Ahora conversaban acerca de lo sucedido. El problema se había hecho mayor, ellos tomarían venganza. Ciertamente, no se equivocaban a cerca de esto cuando vieron un carro merodeando y unos sospechosos caminando en dirección a ellos. No tuvieron más opción que salir corriendo y los tres maleantes salieron en su percusión junto con el carro y dos en una moto.

Los muchachos corrían por las calles buscando escapárseles y al bajar por una escalera Danny se cae y es herido mortalmente cayendo al suelo, mientras Osvaldo siguió corriendo. Los azotes de barrio creyéndolo muerto se alejaron del lugar. Osvaldo regresa y encuentra que los vecinos estaban auxiliándolo. Luego toma entre sus brazos y rogando por su vida, Danny se le queda sin signos vitales.

Los azotes de barrio, jóvenes que no piensan en el daño que les causan a los demás con la venta de la maldita droga, saben que la policía le sigue los pasos y son sorprendido cuando el “Puchi”, jefe de la banda y sus compinches como “El chori frito”, negociaban las panelas de drogas con un tipo que le prometía venderlas y cuando se las entregó, les cayó el gobierno y capturan al jefe de la banda.

El chori salió corriendo escapándose por el monte y fue a parar en una construcción abandonada. De allí se comunicaba con otros maleantes a través de su celular para que lo auxiliaran cuando Osvaldo quien lo andada buscando después que juró vengar la muerte de su amigo, lo vio en la puerta de la construcción hablando por el teléfono.

Osvaldo con la pistola en mano lo llamó, éste volteó y después de dirigirse unas palabras, le disparó varias veces quedando “El chori” muerto en el sitio. Osvaldo al llegar a su casa le cuenta a su hermana Carina que tiene que irse para Puerto La Cruz, porque había matado a un hombre. Y pidiéndole que se cuide y cuide a su mamá, tomó su equipaje y llegó al cementerio con unas flores en la mano para dejarla en la tumba de su amigo, ex cuñado y hermano como le decía él. Allí las dejó encima de la tumba que guarda los restos de Danny.

Este joven que dejó de ver la luz por seguir el camino de las drogas, no parecía ser una persona drogadicta, no parecía nunca que había tomado esa ruta hacia el infierno. Su amigo Osvaldo muchas veces lo aconsejó y por él también robó y asesinó a otro que sumergido en el mundo de las drogas, también es un ser humano. Ricardo, otro joven que no había robado planificó hacerlo para salvar a su amigo de los tiros que le propinó “El chori frito”, lo que nunca pudo evitar.

La joven y hermosa Carina quedó con la cara desfigurada a causa de la herida que le causara la dueña del negocio, una mujer que maltrataba y prostituía a las jóvenes en su negocio obligándolas a tener sexo.

Azotes de barrio, es un documental digno de no dejar de verlo y pensar en las consecuencias de una realidad que no se puede ocultar cuando los jóvenes sin trabajo y sin continuar estudiando, no piensan en otra cosa que en las drogas; no piensan en esos caminos que los llevan poco apoco al abismo donde envejecen antes de tiempo y en donde alucinados se creen estar en el mundo mas hermosos que sus ojos hayan visto.

A ellos no les importa el daño que se hacen y le hacen a los demás vendiéndoles drogas a los niños y a los jóvenes estudiantes que se dejan doblegar al aceptar la propuesta de ellos para que la prueben, y al probarla siguen sus consejos para que no dejen de consumirla o venderla a sus compañeros.

Es el trabajo que les encomiendan sus jefes y deben cumplir, de lo contrario son hombres muertos. Pero los estudiantes que tienen conciencia de lo que conlleva el consumo de drogas no deben caer en el terreno de ellos, no deben ser débiles ante sus insistencias para que la prueben. Es más, no deben tomar en cuenta a personas que tratan de dañarlos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los comentarios aparecerán luego de ser revisados