Amalio Solano/"Azotes de barrio"

Por: Amalio Solano
amasol-5@hotmail.com

Es un documental realizado en el Barrio Riveras de Angostura, de la histórica Ciudad Bolívar. Es la viva realidad de lo que puede suceder en cualquier barrio de cualquier pueblo o ciudad de nuestra Venezuela. Todo comienza en la plaza de esa hermosa iglesia de la capital, con la conversación de dos jóvenes, en el que uno le cuenta al otro sus problemas por las drogas, se ven bastante preocupados. Uno porque la consume y el otro que es su amigo, porque sabe lo que le viene.

Después de aquella conversación, deciden ir a una fiesta. En la entrada de la discoteca el portero no le permite la entrada a una joven que llevaba una botella de ron en su cartera y después de una pequeña discusión ella decidió dejarla y así pudo entrar. Ya dentro todos se divertían al son de la música y el juego de luces de distintos colores titilando encima de ellos y en el piso de la discoteca.

Un merengue alegraba la noche cuando un joven saludó a Danny. Y al sonar una salsa otros jóvenes dejaban escuchar su voz coreando la canción. Afuera en una moto se acercaba una pareja de enamorados, era “El Puchi” con su novia que llegaban a divertirse. Un amigo de Danny que se encontraba en el sitio con su novia se preocuparon al verlo llegar. “El Puchi” es el jefe de una banda de vendedores de drogas y aunque temible por otros vendedores, habían quienes querían hacer vida en ese lugar para desplazarlo.

Al llegar la noche de otro día, Osvaldo, el amigo de Danny quien hasta hace pocos días era su cuñado, pero a parte de eso lo consideraba como un hermano, discutía con su hermana Carina en su casa porque no ayudaba a su mamá en nada y sólo quería andar con su actual novio divirtiéndose. Desobedeciendo a su hermano alegando que tenía que hacer trabajo de la universidad, salió de la casa y se fue por una calle solitaria con su caminar coqueteándole a la soledad con su falda corta mostrando sus hermosas piernas.

En una vereda estaba sentado un joven sin camisa, fumándose un cigarro y muy pensativo. Era Danny que al verla venir se le interpuso en el camino y conversando con ella trataba de convencerla para que volviera con él. Ella le decía que ya no lo quería, que tenía otro novio. Danny se sentió dolido y desistiendo de su propósito la dejó ir jurando vengarse. Carina siguió su camino y más adelante se encontró con el novio que venía en su moto. Al verla se detuvo y ella después de subirse, se alejaron por la calle sin sospechar la joven lo que le haría este hombre con ella.

Dos jóvenes que se desplazaban en su carro conversaban de cómo conseguir un dinero, cuando de pronto ven a Danny y se detienen. Un flaco se baja con pistola en mano y lo obliga a que se meta dentro del carro. Danny obedece a y allí es amenazado para que le consiga el dinero que le adeuda por la venta de la droga; luego lo dejan más adelante cuando le dijo que le iba a conseguir el dinero.

Danny se vuelve a encontrar con su amigo Osvaldo allá en la plaza y le cuenta lo sucedido. Mientras escucha a su amigo, piensa hacer algo para que no lo maten por esa deuda de la droga. Este muchacho que nunca se ha metido en problemas al pensar así quebraba su buena conducta.

El joven que había amenizado a Danny es conocido con el apodo de “Chori frito”, por lo flaco. Es la mano derecha de su jefe “El Puchi”, a quien lo consigue en el sitio acostumbrado donde solían ir. Allí estaba jugando pool, y luego de que el chori conversó con él, se sentaron a la barra y pidieron dos cervezas y éste le contó el problema.

Lejos de allí un muchacho caminaba con su morral a cuesta por una estrecha calle cuando es interceptado por dos malandros que le quitan su celular. Un habitante al escuchar lo que estaba sucediendo, salió con pistola en mano y mostrando superioridad ante ellos, hace que le devuelvan el teléfono al muchacho y reclamándoles su actitud por estar robando en el barrio, hizo que se fueran calle arriba.