Las acciones de protesta que desde mediados de julio protagoniza un grupo de trabajadores de Toyota de Venezuela mantiene paralizada la producción de planta de Cumaná, la tercera ensambladora en importancia del país. "La planta no ha arrancado producción este mes", indicó una fuente del sector ensamblador que prefirió no revelar su identidad, quien corroboró lo informado por la empresa a través de un comunicado, en el cual declara "la toma injustificada de nuestras instalaciones y la paralización indefinida de las actividades" como acciones ilegales.
El conflicto que mantiene el Sindicato de Trabajadores de Toyota (Sintratoyota) se relaciona con las demandas introducidas en 2009 por la aparente falta de cancelación de pasivos laborales, deuda que es desconocida por la empresa, que apeló las decisiones de los tribunales y logró sentencias favorables en los juzgados de segunda instancia. Pero los trabajadores desconocen la decisión de las autoridades y desde el pasado 2 de agosto impiden la entrada de los cerca de 2.200 empleados de la planta, la mayor empleadora privada de la región.
La protesta ha provocado la caída de la producción de la empresa, que en julio ensambló solo 569 unidades, una caída de 44% respecto a los 1.014 carros producidos en junio pasado, según la Cámara Automotriz de Venezuela.
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