Por: Gonzalo Emilio Aragort Reyes
aragorrrt@hotmail.com
Dije que hoy hablaría de las primarias, pero me resulta imposible no tocar el día del maestro, que es hoy 15 de enero, cumpleaños Nº 15 de la bella prima María Isabel Requena Camaré, maestra como su difunto padre Horacio y su hermano Luís Armando R C… Antes no me pelaba un acto en la plaza Bolívar, la ofrenda, la palabra del colega designado y el inmenso y hermoso Himno del Maestro, “A QUIÉN DEBEMOS…, ESPECIAAAL VENEERACIÓOON…”.
Me entristece un poco que esos actos hayan perdido brillo y motivación, lo cual coincide con esta realidad política nacional, con amenazas a la lucha gremial. Me entristecen los maestros que antes peleaban por las reivindicaciones laborales y hoy se niegan a hacerlo porque son adeptos al PSUV. Los que pelearon conmigo por el liceo Las Mercedes, la Arévalo; o la Lander de San José; o la Felipe Neri de El Guapo, todas en el peor estado de deterioro y abandono. Me acuerdo que José Ángel Monterola, siendo un destacado dirigente de la cuarta República, se fajaba por los maestros y aún, con 70 años encima, José se reúne y hace cosas por el gremialismo magisterial. A su modo y quizás con debilidades, pero sigue siendo un gremialista digno y respetado.
No olviden (sepan) que dirigió en 1969 la primera huelga magisterial en la zona. Y los que antes peleaban porque eran de izquierda, ahora callan ante el sueldo pírrico del maestro, ante las aulas arruinadas, las paredes húmedas por los años y la falta de buen transporte para los muchachos. Y callan ante la burla roja contra el liceo Las Mercedes, que ya lleva 14 años esperando ser dignificado para que sus alumnos dejen de ser damnificados. Callan, a pesar que hemos dicho mil veces que en ese liceo el gobierno ha gastado (Y guisado) más de 23 mil millones y están a punto de inaugurar un camastrón con las columnas y vigas viejas pero cobradas como nuevas y con un alcalde pantallero que quiere hacer ver que el lo reconstruyó con el situado y con los impuestos.
Debo decir, sin temor a algún comentario o sentimiento que despierte, que la calidad del magisterio ha descendido demasiado; los entes que contratan maestros no velan por la calidad de la jornada educativa, el proceso como tal y la evaluación final, de modo que el alumno cada vez es más pobre. La política barata y devaluada sigue determinando la adjudicación de cargos y la conducción de las escuelas. Y si hubiese alguien que opine lo contrario, Tercrita está a la orden para decir su opinión. Porque la otra tragedia que tenemos es que cada vez hay menos docentes con ganas de brillar en la polémica constructiva, en el desarrollo intelectual y en la acción gremial formadora y enaltecedora. Ya veré hoy con quién entono el himno que cantaban todos, más Noris Baute y Teresita Sucre.
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