Autor: Amalio (Mayito) Solano
Aquel militar que anunció la famosa “renuncia”, fue el general Lucas Rincón. Una renuncia que el Presiente Hugo Chávez nunca firmó cuando le dieron el golpe de Estado por 48 horas que lo puso al borde la muerte. Y aunque muchos no crean, la orden de los golpista fue la de asesinar al Presidente. Pero hay algo que a mi me ha llamado mucho la atención. ¿Por qué Lucas hizo ese anuncio si el comandante no había firmado ninguna renuncia?
El general retirado, hoy embajador en Portugal, declaró en una entrevista que el Presidente había aceptado renunciar, pero que el pueblo hoy entiende que lo que él anunció en aquellos momentos difíciles, fue para evitar más derramamiento de sangre y evitar el bombardeo al Palacio de Miraflores.
Según lo dicho por Lucas, nunca le solicitó la renuncia al Presidente porque ha sido y será leal a su comandante Hugo Chávez. Luego agregó: “Me ordenó que tratara de entrar a Fuerte Tiuna y desde allí le informara”. Cuando Lucas logró entrar, le realizó tres llamadas para informarle de lo que sucedía en ese recinto militar aquella madrugada.
Decir que “aceptó la renuncia” sin que Chávez haya firmado ningún papel, creo que fue una estrategia porque los generales no aceptaron las condiciones puestas por el depuesto Presidente. Lo que si es cierto es que el dictador Pedro Carmona se juramentó el mismo, disolvieron todos los Poderes. Destituyeron a los funcionarios, se ordenó buscarlos vivo o muerto, se asedió a la Embajada de Cuba donde se pudo ver a través de Venezolana de Televisión al entonces alcalde Capriles Radonkis, subiendo el paredón a través de una escalera para poder entrar porque no le permitieron por la puerta de entrada. Fue humillado y no se dio cuenta.
Ya dentro, el embajador Germán Sánchez Otero no le permitió revisar la Embajada. Según Capriles allí se encontraba Diosdado Cabello que era el Vicepresidente. Ahora este señor que quiere ser presidente y todos lo implicados en el golpe niegan todo diciendo que ellos no estaban allí y que tampoco firmaron el libro.
Lucas Rincón ante la pregunta del periodista de que si su declaración ante las cámaras de televisión había sido una exigencia dijo: No, no, no. Ninguna exigencia de nadie. Y los golpista celebraban con buenas bebidas que les corría por la venas hasta sentirse ebrios y discutir por la ocupación de los ministerios, mientras allá en Turiamo se encontraba el Presidente encerrado y pensativo sabiendo que su vida pendía de un hilo.
Rodeado de compañeros militares que ahora eran sus enemigos y que se encargarían de quitarle la vida. En un momento que lo dejaron solo, un soldado preocupado por lo poco que sabía, pero que era suficiente para saber el peligro que corría el comandante, entró apresurado y le pidió que lo sacara de duda; que le dijera si había renunciado. Y ante lo dicho por el Presidente de que no había renunciado, le pidió que hiciera una carta y la tirara a la papelera. El soldado Juan Bautista Rodríguez Pimentel fiel a su comandante, como pudo logró sacar la famosa carta en la cual se supo toda la verdad: “…No he renunciado…”
Esto bastó para que el pueblo se fuera al Palacio y reclamara a su presidente, el comandante Hugo Chávez Frías y salieran los golpista corriendo, huyendo despavoridos después de haber celebrado junto a la iglesia católica y los medios de comunicación dejando a Carmona. Cuando éste vio que todo se le escapaba de las manos, en un momento dado que vio al general Lucas Rincón, le solicitó hablar con él en privado. Y el golpista que traicionó a quienes lo apoyaron diciéndole que iba a descansar luego apareció juramentándose solo. Carmona le comentó que no era culpable de los muertos ni de los heridos de esos dos días. Que él lo que sabía era de empresa y que era un empresario.
Ciertamente eso es lo que es porque hasta el cuadro donde está la imagen de Bolívar lo quitó. Ese es el mismo cuadro que vemos cuando el Presidente se reúne con sus ministros. Ya se sabe que con la oposición nos volveremos ignorantes de nuestra historia, porque a ellos no les gusta hablar del pasado.
Aquel golpe de Estado se le puede calificar como la carmonada donde el general Ramíres Pérez, declaró que ellos estaban preñados de buenas intenciones.
Todavía el pueblo venezolano espera por el parto de ellos. Mientras en Turiamo el comandante había escrito: “….No he renunciado al poder legítimo que el pueblo me dio. ¡¡ Para siempre!!”.
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