martes, 21 de agosto de 2012

Opinión: Tareas educativas del nuevo gobierno

Yonny Galindo
yonnydg@gmail.com

Ahora resulta que hay alrededor de un millón y medio de analfabetas. Según el último censo, 4.9% de la población no sabe leer ni escribir. Es una cifra que desvela el fracaso educativo y por ende el rostro ineficiente de este gobierno saliente. Después de haber armado toda una alharaca por unos supuestos logros de la Misión Robinson, que nos colocaba como un territorio libre de analfabetismo, ahora resulta que todo fue una gran mentira, pura propaganda.

El tal milagro educativo no fue más que una farsa del señor Aristóbulo y de todos los demás ministros que han pasado por ese dizque poder popular para la educación. Son los sectores más vulnerables de la población quienes sufren las consecuencias de este fracaso escolar. Las escuelas y liceos públicos cada día están en mayor estado de deterioro sin que puedan albergar a la gran cantidad de niños y adolescentes que exigen matricularse en ellos. Eso ha permitido que la educación privada tenga un crecimiento importante, en desmedro del presupuesto familiar que debe hacer fuertes erogaciones para garantizarles a nuestros muchachos lo que la educación pública no puede.

Son muchas las tareas educativas que le toca al nuevo gobierno, una de ellas es garantizar la prosecución y permanencia de los jóvenes en la Educación Media, con una enseñanza de calidad. Ahí también sale el gobierno raspado puesto que estudios del mismo minipopu educativo revelan que hay aproximadamente un millón de jóvenes fuera de las aulas de los liceos; es decir, se quedaron a medio camino. Ahí están, esos son los futuros líderes negativos que a través de la violencia azotan sus sectores, calles y barriadas, para luego ser detenidos y completar su carrera graduados de pranes en las cárceles.

Eso es lo nuevo que le ofrece a los muchachos este gobierno; ese es el futuro que le espera a los jóvenes venezolanos de seguir esto seis años más.

Le toca a Henrique Capriles revertir ese estado de cosas, apuntando hacia tres direcciones:  refaccionar los planteles existentes, construir nuevas estructuras con diseños novedosos y más cónsonos al clima y ambiente del lugar; revisar los contenidos programáticos, para adaptarlos y contextualizarlos a las necesidades y prioridades de los jóvenes, con adecuación a su realidad geográfica, económica y vocacional. No se puede ofrecer calidad educativa si no creamos en cada centro educativo una plataforma tecnológica que permita utilizar de manera apropiada las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, donde los estudiantes puedan, en tiempo real, indagar, viajar y estar en contacto con las investigaciones que le alimenten los contenidos y unidades de aprendizaje de las diferentes áreas del conocimiento; que puedan utilizar los beneficios de la web 2.0 o conocido como learnig, sistema de estudios en línea, de manera virtual, a distancia y compartido; herramientas de la que se puede valer un docente para ampliar y extender el aula de clases.

El tercer elemento a considerar para enderezar los entuertos que deja este gobierno saliente en materia educativa tiene que ver con la formación docente y su remuneración y seguridad social como un profesional de primera. Con una política de formación y actualización, deberá incorporar las universidades, financiar estudios y proporcionar facilidades a los docentes para la adquisición de equipos tecnológicos.

Todo eso forma parte de las tareas educativas que Capriles Radonski se compromete hacer. Escuchar esto es lo más parecido a un sueño, solo que a partir del 7-O tendrá concreción y practicidad para acercar a los jóvenes al progreso.

¡Claro que se puede!

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