lunes, 15 de octubre de 2012

Opinión: ¡Claro que hay esperanzas!

Por: Liliena Vargas
lilienavargas@yahoo.es

Acabamos de vivir uno de los episodios electorales más importantes de nuestra historia como Nación, los niveles de participación fueron altísimos y la actitud cívica durante todo el proceso por parte de los venezolanos es digna de admiración del mundo entero. La tesis acerca de un enfrentamiento que iba a terminar en una guerra civil, fue derrotada por cada uno de los que, como guerreros de paz, se colocaron sus armaduras de ilusiones, se ciñeron sus espadas de democracia y salieron con la herramienta del voto a defender sus creencias, demostrando una vez más el carácter combativo de un pueblo compuesto de luchadores.

Los resultados, nos gusten o no, sean la concreción de los anhelos de unos y de otros sus frustraciones, se convierten hoy en el espejo donde deben mirarse ambas opciones, me refiero a los sectores que polarizaron este escenario, la oposición y el oficialismo que resultó favorecido. El análisis correcto de estas elecciones puede ser el inicio en la construcción de un país donde juntos podamos empujar hacia la generación de oportunidades de desarrollo. Las ofensas hacia unos u otros nos separa de forma irreconciliable y eso no beneficia a nadie.

En estos días he escuchado y he visto por las redes sociales una cantidad de comentarios que deben llamarnos a la reflexión. Decir que Chávez ganó porque quienes votaron por él lo hicieron obligados, o porque los presionaron con la beca o las Misiones, decir que la gente que votó por Chávez lo hizo por ignorancia, o porque les gusta vivir en mal, es, por decir lo menos, un insulto a esos más de 8 millones de seres que están en todo su derecho de elegir de acuerdo a sus convicciones, porque segura estoy que las tienen. No hay nada más peligroso que el ego de creerse el portador de la verdad y el menosprecio a la capacidad del otro.

En vez de esta actitud revanchista y poco objetiva, la oposición debería hacer revisión de sus recurrentes fallas en la oferta electoral, de no ser así, se continuará efectuando los mismos errores que hasta ahora se han cometido, haciendo de un dialogo con el país una especie de conversatorio interno que no traspasa los límites de la clase media y que cuando se acerca a los sectores populares se hace difusa en sus códigos conceptuales, donde las consignas abstractas de “democracia y libertad”, pasaron a ser “progreso para todos”, en un país donde, la mayoría vive en barrios populares, come mercal y depende de forma directa del gobierno, (llámese: becas, Misiones, trabajo temporales o empleados públicos), el “para todos” sueno a: “para pocos”, una propuesta ahueca de aspiraciones concretas. Por otra parte, la mía culpa de sectores políticos interesados en hacerse de la hegemonía de la oposición no se escucha y habría que ser serios en el análisis para entender que la unidad se concreta en las acciones y no en la apariencia. Aprovecho la coletilla para recordar la repartición inmoral que se volvieron a hacer los partidos de la MUD con los aspirantes al consejo legislativo regional, por ejemplo.

Por su parte, el presidente debe leer los resultados correctamente y reconocer que existe un descontento real, que no se trata ya, sólo, de un asunto puramente de marcas ideológicas, si no, sobre aspectos concretos del día a día de los ciudadanos y actuar en consonancia. Chávez y su gobierno deberán honrar las promesas electorales, las de orden estratégico y las de orden táctico como la construcción de tantas viviendas como para que “al final del período que se inicia no quede una familia sin vivienda en Venezuela”, el tema de la inseguridad que ofreció resolver, al igual que el Ministerio de Seguimiento para ser eficiente la ejecutoria de obras y programas gubernamentales, entre otras.

Venezuela es un país hermoso donde vale la pena vivir, estar y sembrarse en su tierra cual semilla de mil generaciones. Los resultados electorales no hacen, si no, avalar el talante democrático de un pueblo entero que se decidió a ejercer su derecho de defender sus convicciones votando por la opción que le pareció la más apropiada. Más de 6 millones de seres por un lado y más 8 millones por el otro! La pregunta de aquí en adelante es cómo hacer para que entre todos construyamos juntos un futuro de oportunidades. La opción de irse de este país, de insultar al oponente, de menospreciar a los que decidieron, no nos ayuda como país. Decir que hubo fraude es retroceder hacia el vacío. Aquí se concretó el triunfo del Chavismo y el avance de la base de la oposición. Ahora es cuando hay vida en VENEZUELA!!!!!

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