De: Amalio (Mayito) Solano
Venezuela está en la mira del águila de los gringos desde hace muchos años; esto es histórico. La mirada de esa ave es una mirada que atraviesa el horizonte y las fronteras de los países, es la de querer apoderarse de nuestra riqueza acabando con este gobierno, de que sigamos siendo su “patio trasero” como burlonamente lo dicen.
Presidente Nicolás Maduro, usted ha denunciado ante el mundo que Álvaro Uribe, el ex presidente de Colombia, el mismo que traicionó al Comandante, está detrás de un plan para asesinarlo. De eso nadie puede dudar, porque éste personaje (el Santander de ayer y de ahora) es un asesino que con su cara de llorón no le importa mentirle al mundo para conseguir su objetivo.
¿Qué tiene este cobarde que estar pidiendo que repitan los comicios presidenciales de Venezuela, celebrado el 14 de abril de 2013? También usted ha denunciado que “hombres armados estarían listos para ingresar a Venezuela desde una zona selvática para lanzar un ataque en su contra”.
Bueno Presidente, ¿qué estás esperando para actuar, para no permitir que esos mercenarios lleguen a la capital? ¿Será que están en una selva colombiana y estás esperando que pasen la frontera hacia nuestro país? No hay que dejar que los perros nos meen para luego espantarlos.
Presidente Maduro, recuerde que nada es imposible en la vida para la oligarquía venezolana y los políticos radicales de la oposición; nada es imposible para la oposición extranjera, para esas personas como Otto Reich, Roger Noriega y el propio Uribe como usted mismo los ha denunciado que tienen planes para derrocarlo o desaparecerlo físicamente. Nada es imposible para el imperio norteamericano y su Presidente Obama, al mismo que Chávez le regaló el libro “Las venas abiertas de América Latina”, del escritor Eduardo Galeano.
No se confíe Presidente Nicolás Maduro, porque el águila norteamericana acecha con sus garras nuestra patria junto con los conspiradores y traidores venezolanos apoyados por los gringos para acabar con nuestro socialismo democrático del Siglo XXI. Mire que hay sospecha de que ellos acabaron con el Comandante de la Revolución venezolana inoculándole el cáncer.
Ya vimos lo que sucedió en la Asamblea Nacional, cómo los diputados de la oposición se enfrentaron a los del gobierno. Eso estaba planificado, porque ¿cómo es posible que vayan a la Asamblea Nacional a desconocer al Presidente elegido por los venezolanos? ¿Cómo se van a presentar con casco, con atomizador paralizante, con pitos y pancarta donde bien claro se le leía “Golpe al Parlamento”? Esa actitud es fascista.
Mientras usted Presidente, anda por el mundo haciendo el trabajo encomendado, el fascista mayor a quien usted derrotó y no acepta la derrota, porque dice que le robaron las elecciones (el propio loco), y ahora Ledezma afirmó en una entrevista en Estados Unidos que el presidente es Henrique Capriles (otro loco declarando fuera del país
como también lo es Leopoldo López), quienes no aceptaron la decisión del Consejo Nacional Electoral de seguir adelante con la auditoría, después que prácticamente ellos lo obligaron a realizar la auditoría de la restante cajas que no fueron auditadas después de haberse auditado el 54 por ciento que dio como ganador a Maduro. Ahora, no conforme con la derrota, pidieron se auditara las restantes cajas, para luego retirarse burlándose de la presidenta Tibisay Lucena. El CNE está haciendo su trabajo y no han conseguido en las cajas auditadas. Otra derrota más para la oposición.
Presidente Maduro, ¿qué le pasa a estas personas miembros de la MUD, que andan con su mundo al revés? Pidieron auditoría, ya no la quieren; quieren impugnación y hasta ahora los argumentos que han presentado no justifican lo que piden. Ahora están pidiendo la impugnación de 5.729 mesas. No me extraña que pidan la impugnación de sus testigos de mesas y la impugnación al rector Vicente Díaz.
No hay que confiarse de esta derecha venezolana señor Presidente, ellos van a estar jodiendo la paciencia de los venezolanos y buscando que activen en Venezuela la Carta Democrática Interamericana, como hace poco lo exigió Antonio Ledezma allá en su llamado Estados Unidos.
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