lunes, 21 de octubre de 2013

Opinión: La contrarrevolución del siglo XXI

Por: Antonio José Rivera Chávez
guaripeterojo@outlook.com

Venezuela, esperaba desde mucho tiempo atrás una revolución necesaria para llevar la democracia social a la mayor cantidad de pobladores del país petrolero en el cual la desigualdad estaba a la vista además de estar inmerso en una dependencia económica donde una lumpen burguesía parasitaria de la importación y de la sustitución de importaciones se presentaba como la clase dinámica solo ella capaz de de desarrollar los factores económicos para la liberación necesaria para hacer de la Industria nacional una fortaleza.

Se esperaba a quienes pudieran aglutinar voluntades necesarias para ese salto hacia el futuro. Sin embargo, habiendo el pueblo escogido por mayoría la necesidad de una transformación radical ha sido vilmente engañada cuando la dirección del movimiento siguió el camino de la arteriosclerosis ideológica y la ignorancia torció el rumbo hacia un modelo donde el fracaso comprobado era su mejor demostración de inoperancia.

La mejor forma de llegar al Poder para consolidar todos los vicios y males era ofertando un mundo nuevo adjetivándolo con el divulgado termino de revolución socialista del siglo XXI. En verdad se trata de la aplicación de un Capitalismo de Estado como transición hacia el comunismo pasando por el socialismo lo cual sin duda no tiene ninguna nueva aroma en lo relacionado con la libertad y el bienestar de los trabajadores y campesinos dándole fetidez mortuoria a la formula descubierta por una pandilla militar-cívica cuya mejor característica es la ignorancia en materia económica escondida para una avidez extrema hacia los Fondos Públicos y el uso particular de los mismos ocultándose del cumplimiento de la ley en supuestos beneficios para las clases populares lo cual es en ultima instancia un reparto perverso de la miseria por una parte y de la riqueza para unos pocos.

No puede ser calificada de revolucionaria una gestión de gobierno donde se destruyo la distribución espacial armónica en las principales ciudades del país con la construcción anárquica de apartamentos de cincuenta metros cuadrados como meta de solidaridad para familias con proles numerosas en un hacinamiento irracional, ni puede ser revolucionario la destrucción del poder adquisitivo del salario de los trabajadores ,así como tener a millones de pensionados en condición de sub. consumo por la vía de la inflación.Una nación sin un sistema social integral de atención a la población y sin asistencia medica publica no puede ser calificado de gestor revolucionario.Igual ocurre cuando la principal empresa nacional (PDVSA) la han llevado a los extremos de hacerla deudora morosa de los proveedores con la absurda visión de que se puede repartirlo todo sin las previsiones establecidas por la Ciencia Económica para la operativa Industrial-Comercial necesaria para la acumulación de Capital para la Inversión y expansión de este tipo de Industria cuyo mercado es muy competitivo y muy ajeno a este embrollo del socialismo del siglo XXI.

Llega la contra revolución del siglo XXI encubierta en socialismo para llevar a la Nación a un modelo debilitado por la historia,la globalización y el mercado que pretende hacer de la realidad una mentira para regalarle esperanzas sin futuro a todos los venezolanos.

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