martes, 3 de junio de 2014

Opinión: La cobardía del corrupto

Por: Econ Antonio José Rivera Chávez
profetanoskagamus@yahoo.com

La revolución “socialista del siglo XXI” presentada por hombres cuartelarios ante la sociedad. Desde sus inicios fue presa fácil del comején de la corrupción cuando un Chávez dicharachero, generoso y buscando idolatría se vio alabado por un entorno donde zorros y camaleones se disputaban los cargos públicos más productivos lo cual ignoraba el Comandante por ser ajeno a ese mundo burocrático cosa que hizo fácil el uso y abuso de la figura de Chávez como Jefe Único del burocratismo en desarrollo. Conocidos marramuncieros, matraqueros, guisadores y afines le alegraron el ego al militar bolivariano logrando en muchos casos su confianza.

Nunca recurrió la revolución a una Oficina de Control de Ingresos de Personal sobre esta clase de picaros que en algunos casos habían estado en puestos de confianza en gobiernos de AD-COPEI-CONVERGENCIA sin conocérseles aprontes contra el sistema o las prácticas corruptas por parte de estos “neo-guerrilleros de taguara”. Algunas veces no entraron por si mismos al proceso si no que como simpáticos amigos fueron recomendados por algún héroe golpista en busca de algún conocedor de como meter la mano en los Fondos Públicos y así entraron por la puerta grande conocidos bandidos de la Cuarta. El asunto es que esta mancha sobre la Ética Administrativa necesaria para mostrar el cambio en la actitud de los funcionarios en sus actividades bien pronto cubrió toda la Administración Publica y las Finanzas Publicas sufrieron los embates como nunca de estos combatientes del guiso nuestro de cada día para este gran desastre financiero del Estado nunca hasta ahora llevado a estos límites de despilfarro y corrupción. De todo lo ocurrido apenas fueron sancionados por el propio ex Presidente algunos de estos negociantes lo cual hizo mostrando además una gran molestia de su parte pero no se sabe cómo si el Comandante estaba muerto fueron liberados bajo su firma y según parece ya algunos de estos personajes calificados por los revolucionarios como parte de la derecha autónoma boliburguesa se acercan al nuevo Presidente inventando con seguridad algún cuento de corruptos donde los malos son los honestos.

A estos amigos de lo ajeno no hay nada que les moleste más que un funcionario honesto con el agravante que siendo mayoría en los niveles burocráticos decisorios se conforman en “mafias” donde la Ley de la Omerta (del silencio) es respetada con fidelidad. La falta de denunciantes en la Administración Publica no se debe a la total complicidad de empleados y obreros si no por el temor a la acción de estas elites que recurren a la difamación, calumnia o cualquier otras armas para eliminar cualquier obstáculo en sus pasos para apoderarse de los Fondos Públicos o para el cobro de comisiones por tráfico de influencias.

En sus primeros momentos el actual Presidente hablo duro y claro contra los corruptos pero al poco tiempo su afonía sobre el caso se hizo total quizás por la razón hoy día utilizada por los tracaleros de que solo el tiempo cambiara la conciencia de los deshonestos lo que recuerda aquel burócrata de la Cuarta que invento el aumento de sueldos a los funcionarios del Impuesto Sobre la Renta para acabar con el guiso y ocurrió todo lo contrario. La conclusión está a la vista: Solo la represión y la contratación de gente con Ética Administrativa demostrada podrá detener la mano destructiva de los viciosos dedicados a secar el Tesoro Nacional.

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