jueves, 28 de agosto de 2014

Opinión: Capitalismo popular bolivariano

Por: Econ. Antonio José Rivera Chávez
guaripeterojo@outlook.com

A decir verdad, este asunto de la “revolución socialista” llegada a destiempo no solo por los fracasos del Modelo original de la Planificación Económica Centralizada con aportes infinitos sobre lo que no debía hacerse si no que por lo improvisado de la misma donde con certeza si se hubieran realizado los “ajustes” con respecto a los antecedentes de otras sociedades donde se impuso la “Dictadura del Proletariado”(en verdad de la Burocracia) sin duda otra cosa ocurriría en nuestra sociedad e inclusive en la propia América Latina donde seria ejemplo a seguir.

Por el contrario en una locura de resentimientos y divagancias justicieras se trazo en una ruta de caprichos donde a lo “Juan Charrasqueado” se fue estructurando una sociedad donde se trataba de establecer una Dictadura(Militar-Burocrática) a voluntad de su Comandante en Jefe que con gran oportunismo “pequeño burgués” que hacia y deshacía sin razonar sobre las consecuencias desastrosas de esos impulsos sensoriales sin un objetivo productivo necesario para construir un mundo mejor. El petróleo, fiel al adjetivo de “excremento del Diablo” alimento todas esas ilusiones para una embriaguez masiva donde se repartió el Tesoro Nacional con criterio de “botín de guerra” donde la mejor parte quedaba al repartidor. Lo social se hizo comercio de tal forma que los costos de cualquier Misión estaban sobre preciadas en un treinta por ciento como mínimo donde las consecuencias son cantidades sin calidad. Las tales viviendas son estatuas a la miseria pero no hay dirigente, diputado, ministro o General viviendo Barrio Adentro si no que todos se fueron detrás de la Misión Barrio Afuera donde exhiben quizás sus relojes de gran valor, de uso exclusivo sin el peligro de los arrebatones o atracos del “hombre nuevo”. En este despelote se elaboro este Capitalismo Popular donde se desprecia “el Capital”pero también el “trabajo” para revivir el titulo del libro del cuñado de Carlos Marx: El elogio a la vagancia ( Lafuergue). Por cierto se estableció un Congreso del PSUV en el cual los trabajadores fueron “extras”y donde el militarismo salio como dueño y señor .Algo más que relevante y necesario para dejar claro que aquí no hay socialismo nada y que El Capital de Marx también se mando al cesto de la basura.

El “contra” Modelo Socialista aplicado fue por una parte la destrucción del capitalismo pero de bocatilla por que lo expropiado fue fiesta para la corrupción y hambre para el trabajador mientras se consolido una lumpenburguesia importadora, una banca especuladora y una Burochorocracia representante del capitalismo corrupto-comercial para darle características propias a este Capitalismo de Estado donde el reparto de dinero es rasgo propio del desorden con fines de lucro para llenarle el bolsillo con recursos escasos a los mas necesitados pero incapaz para darle calidad de vida y determinación de pensamiento a Juan Pendejo quien desde las penurias sigue en silencio esperando por el “socialismo científico”.

La confusión es tal que la oposición habla de Modelo Fracasado refiriéndose al socialismo científico y esto aquí ejecutado no tiene nada que ver con Marx y si con el oportunismo revisionista que llevo a Rusia, China y ahora a Cuba hacia el capitalismo y el mercado lo cual les ha resultado mas exitoso que el tal socialismo que se quedo como Capitalismo de Estado pasmado por la competencia en un supuesto transitar hacia el comunismo (fase superior del socialismo). Así visto el asunto podemos hasta pensar en un Cuento de Cuartel vuelto a contar. El problema estriba en que este tipo de organización (para desarrollarse)le da todo el Poder a los burócratas que convierten el proceso en “Burocratismo” donde se aparta el pueblo a un lado y se establece una “elite”(Nueva Clase, Milovan Jilas) que no solo decide por todos si no que se lucra con avidez dependiendo para su impunidad de su cercanía o lejanía del burócrata mayor o Jefe Único. Aquí y ahora andamos en esas.

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