domingo, 26 de abril de 2015

Opinión: Vida del funcionario público

Por: JOSÉ ISIDRO CORDERO

Un funcionario público, cualquiera sea su jerarquía, es un mandatario, cuyas ejecutorias deben estar ceñidas a normas establecidas y compartidas por la sociedad mandante. La vida de un funcionario público está sujeta a comentarios. Hay necesidad de hacer una acotación: la vida privada de una persona en funciones públicas tampoco puede ser coto cerrado de impenetrable acceso. Ella debe cumplir con ciertas normas de comportamiento conforme a los valores del grupo social donde se desenvuelve.

Al respecto, estamos en camino de presenciar un debate, con incidencias judiciales, propulsado por el señor Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional venezolana, en busca de resarcimiento moral por denuncias de una supuesta participación suya en actividades económicas ilícitas de corte internacional; denuncias aparecidas en el diario ABC de España y reproducidas por los diarios: El Nacional y Tal Cual, de Venezuela. El señor Cabello, bajo el argumento de no ser ciertas esas denuncias, recurre a tribunales de la República para demandar por difamación a propietarios, editores y algunos otros trabajadores de esos diarios. Aquí cabe un dicho muy romano: la mujer del César no sólo debe ser horrada, sino parecerlo. Previo a establecer lo improcedente de esa demanda por el carácter de redifusión de la información, debemos estar claro: desde todos los rincones del país salen comentarios con respecto a la súbita fortuna de bienes materiales ostentada por el señor Cabello. La gente se pregunta. ¿Cómo un funcionario público, con los míseros sueldos pagados por la administración pública venezolana, puede acumular tanta riqueza en tan poco tiempo? Eso no lo sé, tal vez los tribunales de la República harán esfuerzos por lograr una respuesta convincente.

El punto básico está en acentuar el criterio siguiente: Ningún funcionario público, fundamentalmente si tiene poderes o posibilidades para administrar o disponer de los recursos económicos y financieros de la República, puede exigir a la sociedad no fiscalizar sus actuaciones. Los límites de la vida pública y de vida privada de un funcionario público son imperceptibles, por tanto, la sociedad tiene la responsabilidad ineludible de escrutarlas y monitorearlas en cada paso, a fin de evitar desmanes. En el caso del señor Cabello, le sería más beneficioso presentarse en tribunales españoles y exigir del diario ABC las pruebas, según las cuales su persona está involucrada como director del cártel de Los Soles. Posiblemente, logre desmontar la infamia, demostrar su inocencia y calmar las angustias de la sociedad venezolana.

BRISAS SUAVES

¡QUÉ BOBADAS, SEÑORES! En materia política pasamos ya del protagonismo de las aves al protagonismo de las frutas. Ahora es la actuación de un mango la causante de encontrarse las redes mediáticas atiborradas. Sí, señores, un mango, con inscripción de número telefónico y demás señas es el elemento mediante el cual el Presidente Maduro se dispone a prestar atención a las necesidades del pueblo. El propio Presidente refirió el caso del mango lanzado hacia su persona por una señora urgida de una vivienda. Bueno, al menos surge un nuevo método de relación con el Presidente de la República…

EL DIA JUEVES, a eso de las siete de la noche salía yo de la Casa Natal de Andrés Eloy Blanco, adonde había asistido como invitado a un conversatorio con el Dr. Gustavo Luis Carrera Damas, excelente expositor, quien tocó el tema de la Cumaná de su infancia en las reminiscencias de su casa y del mercado, cuando me abordó una persona conocida , con esta pregunta, para mí demasiado ácida: “¿Quién es más homicida, el piloto que pegó el avión alemán contra una montaña en Suiza o Nicolás Maduro, el cual está tirando a Venezuela por un barranco?” No me atreví a contestar, entonces el interrogador reforzó su pregunta diciendo: “Ten en cuenta: en el avión iban casi dos centenar de personas, acá en Venezuela somos treinta millones”. Igual, me quedé estático…

¡ALGO INSÓLITO! Llegó a mis oídos el comentario, según el cual, el señor Gobernador del estado Sucre, profesor Luis Acuña Cedeño, no sabe qué va a resultar de la demolición y reconstrucción de la Plaza Bolívar de Cumaná ni qué obra están tratando de hacer en los espacios de la avenida perimetral al frente de El Monumento. Según los mismos comentaristas, para el Gobierno Nacional el Gobernador es ni fu ni fa…

TIENE MUCHA RAZÓN el abogado Robert Alcalá, al indicar (Diario de Sucre: 25-04-2015) que el Presidente Maduro vino a Cumaná, esta semana pasada, a poner en movimiento sus sartas de mentiras. Sí, el Gobierno se define por eso: las constantes mentiras…

AGRADEZCO A LA bioanalista, Yumarí Marcano de Rojas, la invitación a la fiesta de celebración de su cumpleaños, realizada este sábado en El Tigre, estado Anzoátegui. Lamento no haber podido asistir. Felicitaciones… USTED VOLVERÁ a leerme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los comentarios aparecerán luego de ser revisados