Por: JOSÉ ISIDRO CORDERO
Jamás se había visto en la historia republicana de Venezuela una campaña electoral con participación, diríamos, hasta vulgar, de todas las instituciones del Estado, en una nítida línea de parcialización. Eso se nota, no solamente en la actitud del Consejo Nacional Electoral (CNE) de ver para otro lado cuando el Presidente de la República, señor Nicolás Maduro, hace uso indiscriminado de los recursos de la República en busca de proporcionarle fuerzas a los partidos oficialistas, fundamentalmente al PSUV, sino también en la colaboración expresa de la Contraloría General de la República, al saltarse a la torera las normas legales y recurrir a subterfugios para inhabilitar a ciudadanos con vía despejada como diputados a la Asamblea Nacional; igualmente se nota en la acelerada diligencia de la Fiscal General, del Tribunal Supremo de Justicia y del Defensor del Pueblo para resolver, dictaminar u opinar conforme al deseo del Gobierno.
Cuando uno, en conversaciones de calles o cafeterías, saca a colación ese comportamiento inusual de las instituciones del Estado en favor de una parcialidad política y de cooperación con el Gobierno en su intento de liquidar todo vestigio de oposición, nunca falta alguien con esta expresión: “Los gobiernos de Acción Democrática y Copei también hacían eso”.
Negar la existencia de tal inclinación sería asumir posición retrógrada, pero se debe puntualizar, por lo menos en dos aspectos: Uno, los inclinados a ese proceder serían los gobiernos, no las instituciones del Estado, como ahora. Un hecho trascendental en la vida de la República nos revela la imposibilidad de hacerlo con tanta profusión y descaro como lo hace este Gobierno: a petición de los líderes de aquellos gobiernos, todas las Contralorías y los sistemas de control del gasto público estaban en manos de la oposición, ejerciendo una vigilancia inagotable. El otro aspecto, la libertad de acción de las instituciones del Estado sólo se detenía frente a los principios legales. Ejemplos hay en demasía: en una ocasión de su primer gobierno, el Presidente Rafael Caldera pidió permiso al Congreso de la República (Antes se pedía permiso al Congreso, actualmente viajan de madrugada y a escondidas) para asistir a un evento internacional fuera del país. El Congreso le negó el permiso argumentando la intrascendencia del evento para los intereses de la República; Caldera acató la decisión y no viajó. Al iniciarse los últimos seis meses del gobierno del Presidente Luis Herrera Campins, el Consejo Supremo Electoral (hoy Consejo Nacional Electoral) emitió una resolución prohibiéndole no ejecutar tareas de gobierno propensas a ser interpretadas como campaña electoral, y el Presidente Herrera, obedeció. A mitad del segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez, el Fiscal General de la República, Ramón Escobar Salón, le abrió un juicio por supuesto mal uso de la Partida Secreta del Presupuesto Nacional y Pérez fue destituido por la Corte Suprema de Justicia.
Se evidencia así una tendencia ejemplarizante hacia el establecimiento de una República sostenida en los pedestales de las instituciones. Instituciones propensas a hacerse respetar y negadas a servir de alcahuetas por facultades del miedo. Hacia allá debemos volver.
BRISAS SUAVES
ES APRECIACIÓN BASTANTE objetiva. Un columnista de El Nacional (23-07-2015) dice así del Defensor del Pueblo: “…un poeta que antes parecía honorable y hoy nada en el fango del fingimiento y la adulancia a Maduro y a los militares que lo rodean, se ha tomado el atrevimiento de intrigar con aire y pose hortera sobre los motivos del viaje de los parlamentarios españoles señalando que vienen a Venezuela como parte de un plan “injerencista”, cuando en verdad Chávez sí intervino como le dio la gana en Honduras durante la crisis de ese país”. Digo, se mueve con sagacidad. Anda tratando de volver a ganar confianza en las filas del chavismo. Si la memoria no nos falla, es de recordar; a él no se le permitió la reelección como gobernador de Anzoátegui…
SE LES AGOTÓ el tiempo. Búsquese por donde se quiera, no se conseguirá la más remota posibilidad de un triunfo del sector oficialista, o dicho en término más preciso, del Gobierno, en estas elecciones parlamentarias. Todas las manifestaciones de la gente apuntan a un cambio. Se cansó el pueblo venezolano de tanto desbarajuste, quiere ponerle coto al asunto…
UNA INVITACIÓN GENERAL está haciendo la organización “Sucre Posible”, para un foro denominado “Enlace Vial Cumaná-Araya, a celebrarse el día jueves 30 de este mes, en el auditorio de la Cámara de Comercio de Cumaná, a las 8:00 de la mañana. Según la invitación, es una propuesta en el marco de la celebración de los 500 Años de Cumaná y la Semana Aniversario de “Sucre Posible”. Se agradece ese aporte…
USTED VOLVERÁ a leerme.
Jamás se había visto en la historia republicana de Venezuela una campaña electoral con participación, diríamos, hasta vulgar, de todas las instituciones del Estado, en una nítida línea de parcialización. Eso se nota, no solamente en la actitud del Consejo Nacional Electoral (CNE) de ver para otro lado cuando el Presidente de la República, señor Nicolás Maduro, hace uso indiscriminado de los recursos de la República en busca de proporcionarle fuerzas a los partidos oficialistas, fundamentalmente al PSUV, sino también en la colaboración expresa de la Contraloría General de la República, al saltarse a la torera las normas legales y recurrir a subterfugios para inhabilitar a ciudadanos con vía despejada como diputados a la Asamblea Nacional; igualmente se nota en la acelerada diligencia de la Fiscal General, del Tribunal Supremo de Justicia y del Defensor del Pueblo para resolver, dictaminar u opinar conforme al deseo del Gobierno.
Cuando uno, en conversaciones de calles o cafeterías, saca a colación ese comportamiento inusual de las instituciones del Estado en favor de una parcialidad política y de cooperación con el Gobierno en su intento de liquidar todo vestigio de oposición, nunca falta alguien con esta expresión: “Los gobiernos de Acción Democrática y Copei también hacían eso”.
Negar la existencia de tal inclinación sería asumir posición retrógrada, pero se debe puntualizar, por lo menos en dos aspectos: Uno, los inclinados a ese proceder serían los gobiernos, no las instituciones del Estado, como ahora. Un hecho trascendental en la vida de la República nos revela la imposibilidad de hacerlo con tanta profusión y descaro como lo hace este Gobierno: a petición de los líderes de aquellos gobiernos, todas las Contralorías y los sistemas de control del gasto público estaban en manos de la oposición, ejerciendo una vigilancia inagotable. El otro aspecto, la libertad de acción de las instituciones del Estado sólo se detenía frente a los principios legales. Ejemplos hay en demasía: en una ocasión de su primer gobierno, el Presidente Rafael Caldera pidió permiso al Congreso de la República (Antes se pedía permiso al Congreso, actualmente viajan de madrugada y a escondidas) para asistir a un evento internacional fuera del país. El Congreso le negó el permiso argumentando la intrascendencia del evento para los intereses de la República; Caldera acató la decisión y no viajó. Al iniciarse los últimos seis meses del gobierno del Presidente Luis Herrera Campins, el Consejo Supremo Electoral (hoy Consejo Nacional Electoral) emitió una resolución prohibiéndole no ejecutar tareas de gobierno propensas a ser interpretadas como campaña electoral, y el Presidente Herrera, obedeció. A mitad del segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez, el Fiscal General de la República, Ramón Escobar Salón, le abrió un juicio por supuesto mal uso de la Partida Secreta del Presupuesto Nacional y Pérez fue destituido por la Corte Suprema de Justicia.
Se evidencia así una tendencia ejemplarizante hacia el establecimiento de una República sostenida en los pedestales de las instituciones. Instituciones propensas a hacerse respetar y negadas a servir de alcahuetas por facultades del miedo. Hacia allá debemos volver.
BRISAS SUAVES
ES APRECIACIÓN BASTANTE objetiva. Un columnista de El Nacional (23-07-2015) dice así del Defensor del Pueblo: “…un poeta que antes parecía honorable y hoy nada en el fango del fingimiento y la adulancia a Maduro y a los militares que lo rodean, se ha tomado el atrevimiento de intrigar con aire y pose hortera sobre los motivos del viaje de los parlamentarios españoles señalando que vienen a Venezuela como parte de un plan “injerencista”, cuando en verdad Chávez sí intervino como le dio la gana en Honduras durante la crisis de ese país”. Digo, se mueve con sagacidad. Anda tratando de volver a ganar confianza en las filas del chavismo. Si la memoria no nos falla, es de recordar; a él no se le permitió la reelección como gobernador de Anzoátegui…
SE LES AGOTÓ el tiempo. Búsquese por donde se quiera, no se conseguirá la más remota posibilidad de un triunfo del sector oficialista, o dicho en término más preciso, del Gobierno, en estas elecciones parlamentarias. Todas las manifestaciones de la gente apuntan a un cambio. Se cansó el pueblo venezolano de tanto desbarajuste, quiere ponerle coto al asunto…
UNA INVITACIÓN GENERAL está haciendo la organización “Sucre Posible”, para un foro denominado “Enlace Vial Cumaná-Araya, a celebrarse el día jueves 30 de este mes, en el auditorio de la Cámara de Comercio de Cumaná, a las 8:00 de la mañana. Según la invitación, es una propuesta en el marco de la celebración de los 500 Años de Cumaná y la Semana Aniversario de “Sucre Posible”. Se agradece ese aporte…
USTED VOLVERÁ a leerme.
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