Por: Econ. César Yegres Guarache
cyegresg@gmail.com
@YegresGuarache
En clara violación de lo que establecen la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y la Ley del Banco Central de Venezuela (BCV) respecto a la obligatoriedad del instituto emisor de publicar informes periódicos y estadísticas suficientes que permitan conocer la marcha general de la economía venezolana, ya culminó el mes de julio y aún se desconoce la evolución que ha tenido el índice Nacional de Precios al Consumidor y su derivada tasa de inflación durante 2015.
En efecto, el último reportaje de ese tipo apareció en diciembre de 2014, el cual señalaba que la inflación en los 12 meses anteriores había alcanzado 68%. A pesar de que durante al año pasado ocurrió algo similar y las autoridades del BCV se retrasaron en tales publicaciones en varias ocasiones, haciendo caso omiso a su propia normativa interna que lo obliga a dar a conocer tales guarismos con frecuencia mensual y dentro de los 10 primeros días del mes siguiente, el retraso actual ya estableció un nuevo récord.
El trasfondo de tal retraso parece ser netamente político, en detrimento de la credibilidad y la reputación nacional e internacional de una institución que desde su creación en 1939 había mantenido un perfil científico y técnico intachable. Los datos que se han filtrado, no obstante, señalan que la inflación anualizada de julio de 2014 a julio de 2015 ya alcanzaría 139%, por lo que la acumulada del primer semestre sería de casi 90%.
Ocultar la información no aliviará la grave situación económica y social que padece Venezuela y, muy al contrario, genera incertidumbre en todos los agentes económicos. La última vez que Venezuela tuvo una inflación de 1 digito anual fue en 1985. A pesar de los trágicos episodios de hiperinflación observados en muchos países de América Latina y el Caribe durante la década de 1980´s y que Venezuela no padeció, nuestro país ha logrado la nada honrosa hazaña de ser el único en la región con una inflación galopante – de 2 o más dígitos- a lo largo de todos y cada uno de los últimos 30 años, incluido el actual. Algo hicimos mal y lo seguimos haciendo.
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En clara violación de lo que establecen la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y la Ley del Banco Central de Venezuela (BCV) respecto a la obligatoriedad del instituto emisor de publicar informes periódicos y estadísticas suficientes que permitan conocer la marcha general de la economía venezolana, ya culminó el mes de julio y aún se desconoce la evolución que ha tenido el índice Nacional de Precios al Consumidor y su derivada tasa de inflación durante 2015.
En efecto, el último reportaje de ese tipo apareció en diciembre de 2014, el cual señalaba que la inflación en los 12 meses anteriores había alcanzado 68%. A pesar de que durante al año pasado ocurrió algo similar y las autoridades del BCV se retrasaron en tales publicaciones en varias ocasiones, haciendo caso omiso a su propia normativa interna que lo obliga a dar a conocer tales guarismos con frecuencia mensual y dentro de los 10 primeros días del mes siguiente, el retraso actual ya estableció un nuevo récord.
El trasfondo de tal retraso parece ser netamente político, en detrimento de la credibilidad y la reputación nacional e internacional de una institución que desde su creación en 1939 había mantenido un perfil científico y técnico intachable. Los datos que se han filtrado, no obstante, señalan que la inflación anualizada de julio de 2014 a julio de 2015 ya alcanzaría 139%, por lo que la acumulada del primer semestre sería de casi 90%.
Ocultar la información no aliviará la grave situación económica y social que padece Venezuela y, muy al contrario, genera incertidumbre en todos los agentes económicos. La última vez que Venezuela tuvo una inflación de 1 digito anual fue en 1985. A pesar de los trágicos episodios de hiperinflación observados en muchos países de América Latina y el Caribe durante la década de 1980´s y que Venezuela no padeció, nuestro país ha logrado la nada honrosa hazaña de ser el único en la región con una inflación galopante – de 2 o más dígitos- a lo largo de todos y cada uno de los últimos 30 años, incluido el actual. Algo hicimos mal y lo seguimos haciendo.
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