Por: Econ.Antonio José Rivera Chávez
profetanoskagamus@yahoo.com
El siglo XXI debe ser el de las luces para la estructuración de una Venezuela perdida aun en las escaramuzas del Campo de Carabobo y en las ordenes de una Batalla de libertad donde el fuego, la fuerza y la metralla marcaron un tiempo para la esperanza que solo el egoísmo y la ambición de esos jefes combatientes transformo luego del objetivo nacional de la Liberación Nacional en corrupción y dominio del mundo militar cuyo nuevo campo de guerra se ubico alrededor de las Finanzas Publicas desde donde siguieron disparando cañonazos de dinero hacia el bolsillo de los participantes en el reparto nacional de sus riquezas.
La gesta libertadora había nacido desde un universo civil cuando los mantuanos en su mayoría hijos de la oligarquía esclavista se lanzaron a la separación del Imperio Español para esa autonomía necesaria para construir una Republica.En el tiempo esa acción desapareció como punto civil de contribución a la Independencia para transformarse todo en militar lo cual pesa mucho aun hoy día cuando los uniformados cumpliendo con el método de asaltar la historia y la verdad enseñan como cierto el valor absoluto de los fusiles sobre las Ciencias, la Democracia y el ejercicio civil de las artes administrativas donde por cierto no se conoce aciertos de la mano militar cuando esta se aplica sobre el Tesoro Nacional y por el contrario buena parte del Producto Interno Bruto se lo lleva la corrupción en mayor medida cuando el derecho de los armados de los cañones y fusiles priva sobre las mentes cultivadas para la producción de bienes y servicios. Es el mundo civil el gran productor. Su mano opera y pone en movimiento el balancín petrolero para recibir la Nación los dólares para su mejor existencia pero sin embargo el parasitismo burocrático-militar usufructúa con creces este esfuerzo y ya observamos como desde hace siglos vive un militar y como el trabajador productivo.
Ahora definido como necesario un proceso de civilismo emergente con el buen uso del Sistema Democrático es posible cambiar el rumbo de esta historia fabulada para sacar al militarismo de los espacios del mundo civil productor. El militarismo de nuevo tiempo se mimetiza y se ajusta a los deseos vagos del pueblo desde hace mucho y no habiendo escenarios de guerra los revive en Bolívar, Pedro Camejo o cualquier prócer para su vigencia nunca autorizada por la justicia y la verdad. Esta vez el “socialismo científico” le sirvió de patrón al estamento militar para el camuflaje a la dictadura que nos mantiene apegados al subdesarrollo y la palabra como producto esencial para la estructuración de la Patria gigante, potencia mundial que nunca llega pero que alimenta de esperanzas sin futuro las mentes menos cultivadas de esta Patria cuyo pasado parece ser un cuartel y no una Universidad para el desarrollo. Se idearon por inducción de los Castro un Plan de la Patria para seguir la tradición del asalto a la razón parecido al Nuevo Ideal Nacional o las Escuelas Bolivarianas del ayer y todo aquello perdido en promesas de hacer de Venezuela una “potencia” cuando se sabe que no somos si no una Nación inestable, monoproductora, con poco equilibrio en sus Instituciones ante la presencia de la fuerza ante quienes deben doblegarse por efecto de la tiranía armada.
El SEIS DE DICIEMBRE (6-D) el civilismo tiene la oportunidad de conquistar nuevamente sus espacios perdidos para redefinir desde la Asamblea Nacional el camino correcto y necesario a seguir para realmente llevar la Patria hacia la democracia social, la igualdad, la producción, la independencia económica y el predominio de la Academia sobre el cuento de cuartel. Los trabajadores desde sus sindicatos podrán activarse como coparticipes en esta situación para hacerse sentir y salir del marasmo criminal adonde nos han llevado bajo la fuerza y el abuso.La organización y el voto son formas modernas para derrotar la dictadura y Venezuela no será la excepción. El voto es tu grito de libertad.
profetanoskagamus@yahoo.com
El siglo XXI debe ser el de las luces para la estructuración de una Venezuela perdida aun en las escaramuzas del Campo de Carabobo y en las ordenes de una Batalla de libertad donde el fuego, la fuerza y la metralla marcaron un tiempo para la esperanza que solo el egoísmo y la ambición de esos jefes combatientes transformo luego del objetivo nacional de la Liberación Nacional en corrupción y dominio del mundo militar cuyo nuevo campo de guerra se ubico alrededor de las Finanzas Publicas desde donde siguieron disparando cañonazos de dinero hacia el bolsillo de los participantes en el reparto nacional de sus riquezas.
La gesta libertadora había nacido desde un universo civil cuando los mantuanos en su mayoría hijos de la oligarquía esclavista se lanzaron a la separación del Imperio Español para esa autonomía necesaria para construir una Republica.En el tiempo esa acción desapareció como punto civil de contribución a la Independencia para transformarse todo en militar lo cual pesa mucho aun hoy día cuando los uniformados cumpliendo con el método de asaltar la historia y la verdad enseñan como cierto el valor absoluto de los fusiles sobre las Ciencias, la Democracia y el ejercicio civil de las artes administrativas donde por cierto no se conoce aciertos de la mano militar cuando esta se aplica sobre el Tesoro Nacional y por el contrario buena parte del Producto Interno Bruto se lo lleva la corrupción en mayor medida cuando el derecho de los armados de los cañones y fusiles priva sobre las mentes cultivadas para la producción de bienes y servicios. Es el mundo civil el gran productor. Su mano opera y pone en movimiento el balancín petrolero para recibir la Nación los dólares para su mejor existencia pero sin embargo el parasitismo burocrático-militar usufructúa con creces este esfuerzo y ya observamos como desde hace siglos vive un militar y como el trabajador productivo.
Ahora definido como necesario un proceso de civilismo emergente con el buen uso del Sistema Democrático es posible cambiar el rumbo de esta historia fabulada para sacar al militarismo de los espacios del mundo civil productor. El militarismo de nuevo tiempo se mimetiza y se ajusta a los deseos vagos del pueblo desde hace mucho y no habiendo escenarios de guerra los revive en Bolívar, Pedro Camejo o cualquier prócer para su vigencia nunca autorizada por la justicia y la verdad. Esta vez el “socialismo científico” le sirvió de patrón al estamento militar para el camuflaje a la dictadura que nos mantiene apegados al subdesarrollo y la palabra como producto esencial para la estructuración de la Patria gigante, potencia mundial que nunca llega pero que alimenta de esperanzas sin futuro las mentes menos cultivadas de esta Patria cuyo pasado parece ser un cuartel y no una Universidad para el desarrollo. Se idearon por inducción de los Castro un Plan de la Patria para seguir la tradición del asalto a la razón parecido al Nuevo Ideal Nacional o las Escuelas Bolivarianas del ayer y todo aquello perdido en promesas de hacer de Venezuela una “potencia” cuando se sabe que no somos si no una Nación inestable, monoproductora, con poco equilibrio en sus Instituciones ante la presencia de la fuerza ante quienes deben doblegarse por efecto de la tiranía armada.
El SEIS DE DICIEMBRE (6-D) el civilismo tiene la oportunidad de conquistar nuevamente sus espacios perdidos para redefinir desde la Asamblea Nacional el camino correcto y necesario a seguir para realmente llevar la Patria hacia la democracia social, la igualdad, la producción, la independencia económica y el predominio de la Academia sobre el cuento de cuartel. Los trabajadores desde sus sindicatos podrán activarse como coparticipes en esta situación para hacerse sentir y salir del marasmo criminal adonde nos han llevado bajo la fuerza y el abuso.La organización y el voto son formas modernas para derrotar la dictadura y Venezuela no será la excepción. El voto es tu grito de libertad.
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