Por: JOSÉ ISIDRO CORDERO
En el campo de la medicina, básicamente en la tarea de la atención médica, cuando un paciente muestra condiciones de agresividad o se prevé la posibilidad de entrar en un estado crítico-agresivo, los especialistas ordenan suministrarle de inmediato un sedante con el fin de evitar consecuencias de conducta no deseada. En medicina el sedante cumple función de mantener a la persona sedada, completamente abstraída de la realidad, sin ánimo para expresar sus deseos mediante la imposición de su voluntad; al contrario se muestra algo así como dispuesta a colaborar y llevar las cosas bajo aceptable estado de docilidad.
Algo semejante a esa preventiva práctica de sedación para evitar reacciones contundentes está utilizando el Gobierno con el pueblo de Venezuela. La variante redunda en esto: el Gobierno no utiliza sustancias medicamentosas, sino una palabra milenaria: Paz. El Gobierno se esmera en darle al pueblo, y en varias dosis diarias, esa especie de sedante cuando le grita: ¡Nosotros los venezolanos somos un pueblo pacífico! ¡Venezuela es un pueblo amante de la paz!” Y lo hace tratando de sedarlo para prevenir cualquier reacción provocada por la indignación de estar aglomerado seis, ocho y hasta doce horas continuas en una cola en espera para comprar algún producto alimenticio o de aseo personal; para evitar el desborde de la rabia en las familias por la constante pérdidas de sus miembros a causa de la delincuencia; para evitar la turbulencia y el reclamo enérgico porque no encuentra en ninguna parte medicinas para sus males. Desde ese mirador observamos el empleo de la palabra “paz” como proveniente de un cálculo político bien concebido en función de mantener al pueblo en estado de postración, sumido en una modorra, en estado de latencia y conformismo. El Gobierno emplea, para calmar el pueblo, una técnica igual a cuando le decimos a un niños, de esos formadores de verraqueras al no complacérseles en la exigencia de un confite: “¡Cuidado, pórtate bien. Tú nunca has sido así”. Y el niño, conminado a portarse bien, lo hace. Quien más está dado a utilizar en sus discursos la palabra “paz” es el ciudadano Presidente de la República, Nicolás Maduro; La fórmula del empleo de esas palabras viene de afuera, de laboratorios cubanos y rusos; el Presidente Maduro las emplea con gran fidelidad a las indicaciones. Algunos pudieran llegar a apreciar la desinencia de esas palabras como respuestas frente a Guyana o al “imperio”, pero no; Maduro las dice buscando la calma hacia adentro.
No lo podemos negar, en cierta forma han logrado parte del objetivo; una porción de la población venezolana se está acostumbrando a las colas para poder comprar alimentos; otra porción las admiten y controlan como manera de fortalecer el negocio de reventa (el bachaqueo), pero la gran mayoría las condena y, aun cuando acepta pertenecer a un pueblo amante de la paz, se resiste a la sumisión y espera el momento para mostrar su rebeldía; porque el pueblo venezolano es bravo.
BRISAS SUAVES
EL AMOR DE EDUARDO Fernández al estado Sucre es testimonial. Varias visitas nos ha dispensado este año, durante las cuales nos ha dejado mensajes alentadores. En su visita de la semana pasada estuvo con nosotros durante cuatro días consecutivos. Vino acompañado de su esposa, María Isabel Reyna Silva, una mujer proveniente de familia de amplia raigambre sucrense. En esta oportunidad nos recomendó seguir y practicar las enseñanzas del Papa Francisco; recordar y orientarnos, a propósito de un nuevo aniversario de su nacimiento, por el civismo y el talante democrático del poeta Andrés Eloy Blanco. Además, nos inculcó su tesis de ser la educación, por encima del petróleo, la riqueza más importante, de la cual pueda hacer uso el pueblo venezolano para enrumbarse hacia el progreso. Gracias señor Fernández, Sucre lo piensa y lo aúpa como hombre al cual la Providencia le tiene reservado grandes destino en misión conductora…
LA PROPUESTA DE UN enlace vial Cumaná-Araya (un puente), hecha por la organización regional “Sucre Posible”, ha llegado a los despachos ministeriales de Caracas y está tomando cuerpo. Honesto es decirlo: algunas personas se manifiestan a favor de otra solución distinta a un puente. Eso no es problema, lo importante es abrir una discusión respecto al tema y llegar a la admisión de una idea consensual para incorporar a la península de Araya al desarrollo nacional. La pelota está del lado del Gobierno…
DILUCIDADA LA CUESTIÓN de la inscripción de los candidatos de la oposición a la Asamblea Nacional, ahora debemos disponernos a estructurar una línea de campaña victoriosa. Las estratagemas empleadas por el oficialismo para quebrarle a la MUD la llegada exitosa a la inscripción de sus cuadros, fracasaron. El oficialismo, aparte del ventajismo, seguirá poniendo trabas, pero igual, seguirán fracasando. Nada detendrá el triunfo del pueblo…
USTED VOLVERÁ a leerme.
En el campo de la medicina, básicamente en la tarea de la atención médica, cuando un paciente muestra condiciones de agresividad o se prevé la posibilidad de entrar en un estado crítico-agresivo, los especialistas ordenan suministrarle de inmediato un sedante con el fin de evitar consecuencias de conducta no deseada. En medicina el sedante cumple función de mantener a la persona sedada, completamente abstraída de la realidad, sin ánimo para expresar sus deseos mediante la imposición de su voluntad; al contrario se muestra algo así como dispuesta a colaborar y llevar las cosas bajo aceptable estado de docilidad.
Algo semejante a esa preventiva práctica de sedación para evitar reacciones contundentes está utilizando el Gobierno con el pueblo de Venezuela. La variante redunda en esto: el Gobierno no utiliza sustancias medicamentosas, sino una palabra milenaria: Paz. El Gobierno se esmera en darle al pueblo, y en varias dosis diarias, esa especie de sedante cuando le grita: ¡Nosotros los venezolanos somos un pueblo pacífico! ¡Venezuela es un pueblo amante de la paz!” Y lo hace tratando de sedarlo para prevenir cualquier reacción provocada por la indignación de estar aglomerado seis, ocho y hasta doce horas continuas en una cola en espera para comprar algún producto alimenticio o de aseo personal; para evitar el desborde de la rabia en las familias por la constante pérdidas de sus miembros a causa de la delincuencia; para evitar la turbulencia y el reclamo enérgico porque no encuentra en ninguna parte medicinas para sus males. Desde ese mirador observamos el empleo de la palabra “paz” como proveniente de un cálculo político bien concebido en función de mantener al pueblo en estado de postración, sumido en una modorra, en estado de latencia y conformismo. El Gobierno emplea, para calmar el pueblo, una técnica igual a cuando le decimos a un niños, de esos formadores de verraqueras al no complacérseles en la exigencia de un confite: “¡Cuidado, pórtate bien. Tú nunca has sido así”. Y el niño, conminado a portarse bien, lo hace. Quien más está dado a utilizar en sus discursos la palabra “paz” es el ciudadano Presidente de la República, Nicolás Maduro; La fórmula del empleo de esas palabras viene de afuera, de laboratorios cubanos y rusos; el Presidente Maduro las emplea con gran fidelidad a las indicaciones. Algunos pudieran llegar a apreciar la desinencia de esas palabras como respuestas frente a Guyana o al “imperio”, pero no; Maduro las dice buscando la calma hacia adentro.
No lo podemos negar, en cierta forma han logrado parte del objetivo; una porción de la población venezolana se está acostumbrando a las colas para poder comprar alimentos; otra porción las admiten y controlan como manera de fortalecer el negocio de reventa (el bachaqueo), pero la gran mayoría las condena y, aun cuando acepta pertenecer a un pueblo amante de la paz, se resiste a la sumisión y espera el momento para mostrar su rebeldía; porque el pueblo venezolano es bravo.
BRISAS SUAVES
EL AMOR DE EDUARDO Fernández al estado Sucre es testimonial. Varias visitas nos ha dispensado este año, durante las cuales nos ha dejado mensajes alentadores. En su visita de la semana pasada estuvo con nosotros durante cuatro días consecutivos. Vino acompañado de su esposa, María Isabel Reyna Silva, una mujer proveniente de familia de amplia raigambre sucrense. En esta oportunidad nos recomendó seguir y practicar las enseñanzas del Papa Francisco; recordar y orientarnos, a propósito de un nuevo aniversario de su nacimiento, por el civismo y el talante democrático del poeta Andrés Eloy Blanco. Además, nos inculcó su tesis de ser la educación, por encima del petróleo, la riqueza más importante, de la cual pueda hacer uso el pueblo venezolano para enrumbarse hacia el progreso. Gracias señor Fernández, Sucre lo piensa y lo aúpa como hombre al cual la Providencia le tiene reservado grandes destino en misión conductora…
LA PROPUESTA DE UN enlace vial Cumaná-Araya (un puente), hecha por la organización regional “Sucre Posible”, ha llegado a los despachos ministeriales de Caracas y está tomando cuerpo. Honesto es decirlo: algunas personas se manifiestan a favor de otra solución distinta a un puente. Eso no es problema, lo importante es abrir una discusión respecto al tema y llegar a la admisión de una idea consensual para incorporar a la península de Araya al desarrollo nacional. La pelota está del lado del Gobierno…
DILUCIDADA LA CUESTIÓN de la inscripción de los candidatos de la oposición a la Asamblea Nacional, ahora debemos disponernos a estructurar una línea de campaña victoriosa. Las estratagemas empleadas por el oficialismo para quebrarle a la MUD la llegada exitosa a la inscripción de sus cuadros, fracasaron. El oficialismo, aparte del ventajismo, seguirá poniendo trabas, pero igual, seguirán fracasando. Nada detendrá el triunfo del pueblo…
USTED VOLVERÁ a leerme.
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