Por: Econ.TONY RIVERA CHAVEZ
profetanoskagamus@yahoo.com
La existencia en una supuesta “revolución socialista” de un Defensor del Pueblo como burócrata excepcional capaz de emerger contra el burocratismo es una clara idea de la poca fuerza de los ciudadanos en este sistema donde un “servidor” publico puede ser, sin problemas, “un explotador” de las necesidades del hombre común al cual lo pueden exprimir como una naranja para convertirlo en bagazo.
La cuestión de la figura defensora es que actúa “a posteriori” y exige pruebas las cuales “teóricamente” no existen como sería el caso de las exclusiones en listados de beneficios sociales lo cual justificara el actuante negligente y/o corrupto con el cuento de las excusas burocráticas fallo el sistema operativo. No hay línea. Se perdió el expediente y cuando la alimentación depende de estos extravíos la Administración Publica debería ser inclemente con los operadores de sistemas por las consecuencias en materia social de sus acciones. Es necesario más que una figura burocrática del Centralismo un responsable por organismo, sector o dependencia publica o/y privada que sin estar en la cadena de las obediencias por su autonomía actué con relación con la Fiscalia, la CGR y los Centros Políticos de decisión. Un vigilante con autoridad y capacidad por cada oficina donde se haga necesario el Control con Nivel para sugerir Organización y Sistemas a la hora de resolver y agilizar procedimientos que le den apoyo a las gestiones que concluyen en un beneficio popular. El caso de una jubilación a destiempo, de una pensión en igual condición o un reclamo bancario puede ser un buen ejemplo de como el ciudadano puede ser “expropiado” con el cuento del destiempo para en cierta manera hacer de un derecho un reparto para los corruptos. Otro caso es el del IVSS y los “barridos” sobre los depósitos de los pensionados que por muchas razones justificadas no pueden sacar el dinero de la cuenta en un lapso de tres meses se les expropia y se les repone en años dicha suma sin respetar intereses, necesidades y circunstancias. Mucha gente muere esperando ese dinero que de paso no es transferible a sus herederos.
Si vamos al Orden Judicial en un mundo de expedientes y prisioneros la cosa es altamente burocratizado para cualquier reclamo sobre la ciudadanía y sus derechos.
El burocratismo, en una u otra forma lejos de pensar en el Defensor del Pueblo como una manera para cuestionar el Poder se regocija en su existencia y lo usa más bien como “un apoyo” a una manera “centralizada” de someter al calvario procedimental cualquier cosa por sencilla que sea. Hay cientos de miles de acusaciones contra ciertos organismos públicos por corrupción donde el pagador es Juan Pendejo y si alguien procesa dichas acciones ilegales y/o irregulares tardara mucho tiempo quizás cuando el causante este en el mas allá para señalar responsabilidades por un proceso engorroso para juzgar burócratas pero sencillo y rápido para causarle problemas o negarle derechos al ciudadano. Indudable señalar que hay dependencias públicas donde se siente una mejor estructuración para el servicio eliminando errores y haciendo corto el procedimiento administrativo que en el pasado eran bochornosos tal como el IVSS pero siempre falta por hacer para el óptimo de atención en una Nación donde se gasta dinero a manos llenos en cosas “ideológicas” para la veneración del mas allá.
Si la revolución existiera el pueblo no necesitaría defensor porque sería el Poder Real y su participación en cada situación seria suficiente para erradicar injusticias y corrupciones.
profetanoskagamus@yahoo.com
La existencia en una supuesta “revolución socialista” de un Defensor del Pueblo como burócrata excepcional capaz de emerger contra el burocratismo es una clara idea de la poca fuerza de los ciudadanos en este sistema donde un “servidor” publico puede ser, sin problemas, “un explotador” de las necesidades del hombre común al cual lo pueden exprimir como una naranja para convertirlo en bagazo.
La cuestión de la figura defensora es que actúa “a posteriori” y exige pruebas las cuales “teóricamente” no existen como sería el caso de las exclusiones en listados de beneficios sociales lo cual justificara el actuante negligente y/o corrupto con el cuento de las excusas burocráticas fallo el sistema operativo. No hay línea. Se perdió el expediente y cuando la alimentación depende de estos extravíos la Administración Publica debería ser inclemente con los operadores de sistemas por las consecuencias en materia social de sus acciones. Es necesario más que una figura burocrática del Centralismo un responsable por organismo, sector o dependencia publica o/y privada que sin estar en la cadena de las obediencias por su autonomía actué con relación con la Fiscalia, la CGR y los Centros Políticos de decisión. Un vigilante con autoridad y capacidad por cada oficina donde se haga necesario el Control con Nivel para sugerir Organización y Sistemas a la hora de resolver y agilizar procedimientos que le den apoyo a las gestiones que concluyen en un beneficio popular. El caso de una jubilación a destiempo, de una pensión en igual condición o un reclamo bancario puede ser un buen ejemplo de como el ciudadano puede ser “expropiado” con el cuento del destiempo para en cierta manera hacer de un derecho un reparto para los corruptos. Otro caso es el del IVSS y los “barridos” sobre los depósitos de los pensionados que por muchas razones justificadas no pueden sacar el dinero de la cuenta en un lapso de tres meses se les expropia y se les repone en años dicha suma sin respetar intereses, necesidades y circunstancias. Mucha gente muere esperando ese dinero que de paso no es transferible a sus herederos.
Si vamos al Orden Judicial en un mundo de expedientes y prisioneros la cosa es altamente burocratizado para cualquier reclamo sobre la ciudadanía y sus derechos.
El burocratismo, en una u otra forma lejos de pensar en el Defensor del Pueblo como una manera para cuestionar el Poder se regocija en su existencia y lo usa más bien como “un apoyo” a una manera “centralizada” de someter al calvario procedimental cualquier cosa por sencilla que sea. Hay cientos de miles de acusaciones contra ciertos organismos públicos por corrupción donde el pagador es Juan Pendejo y si alguien procesa dichas acciones ilegales y/o irregulares tardara mucho tiempo quizás cuando el causante este en el mas allá para señalar responsabilidades por un proceso engorroso para juzgar burócratas pero sencillo y rápido para causarle problemas o negarle derechos al ciudadano. Indudable señalar que hay dependencias públicas donde se siente una mejor estructuración para el servicio eliminando errores y haciendo corto el procedimiento administrativo que en el pasado eran bochornosos tal como el IVSS pero siempre falta por hacer para el óptimo de atención en una Nación donde se gasta dinero a manos llenos en cosas “ideológicas” para la veneración del mas allá.
Si la revolución existiera el pueblo no necesitaría defensor porque sería el Poder Real y su participación en cada situación seria suficiente para erradicar injusticias y corrupciones.
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