Por: JOSÉ ISIDRO CORDERO
Un aspecto significativo, dentro de la doctrina tratada de imponer por el fallecido Hugo Chávez, fue la orientación a fracturar la convivencia en la sociedad venezolana. Trató de imponer ese comportamiento con miras a dos propósitos: Uno, establecer un control social bajo forma dogmática, cuyo objetivo básico era reforzar la tendencia a darle permanencia a la necesidad del líder mesiánico, el salvador indiscutible.
Dos, dividir la sociedad en dos bandos irreconciliables, tomando partido hacia uno de ellos, mientras al otro le indilgaba la condición de ser los responsables de todos los males, cuyo objetivo básico era tener siempre un elemento referenciar a quien adosarle todas las culpas y responsabilidades de las acciones y resultados inherentes a las desubicadas actuaciones; es decir, tener siempre un opuesto malévolo, ya sea “el imperio” o la oligarquía parasitaria, de existencia ficticia en Venezuela y por tanto urgente de inventar. Ese propósito, concebido bajo el criterio de controlar por años todos los estamentos de la sociedad, tuvo un pico en su auge, en el cual no pudo mantenerse debido a la psicología de masa de una sociedad como la venezolana con profundo arraigo en las manifestaciones de solidaridad de procedencia tribal.
Hoy, según previas y contundentes manifestaciones de hastío observadas en voluminosa cantidad de paisanos, Venezuela amanece planteando una nueva y diferente orientación en la forma de concebir y proponer las relaciones sociales. Ni siquiera digamos, la correlación de fuerzas en la Asamblea Nacional, sino la composición de las distintas corrientes de pensamiento de quienes han sido investidos con el mandato de diputados, debe agudizar el entendimiento para captar, en aproximación lo más exacta posible, las intenciones del mandato otorgado. Ese mandato –sostenemos- tiene como principal norma establecer los mecanismos adecuados e inmediatos para reestructurar el ambiente de convivencia social en el cual florezcan sin reservas todas las iniciativas de paz y solidaridad, como plataforma para impulsar la búsqueda del bien común. Dos problemas muy complejos agobian al venezolano en la actualidad: el desabastecimiento y la inseguridad personal y de los bienes; la permanencia de ellos limita, obstaculiza, impide la tarea de construir un ambiente propenso a la búsqueda del bien común. Por supuesto, esa iniciativa requerirá de un sistema judicial sin desbordamientos tendenciosos.
El psicólogo social Axel Capriles (El Nacional: 04-12-2015), con estas palabras dice algo sobre el drama a superar: “Sin guerras civiles ni conflagraciones mundiales atravesamos un túnel del tiempo y aterrizamos de lleno en la modernidad. Mientras los países de la Europa del oeste apenas levantaban cabeza después de la Segunda Guerra Mundial y los países latinoamericanos sufrían indigestiones recurrentes entre golpe de Estado y dictadura militar, los venezolanos tomamos una autopista expresa hacia el bienestar y la libertad. Repentinamente, llegando al siglo XXI, todo se desvaneció”. ¡Ojo, no es volver al pasado, sino reconstruir, a partir de los nuevos elementos de actualidad, la convivencia de los venezolanos! Eso es lo primero. Y se puede hacer sin excluir a ninguno, porque todos somos necesarios.
BRISAS SUAVES
LO COMENTA LA GENTE. No sé si es caso para una investigación. L gente en la calle lo comenta diciendo: “A la esposa de Rafael Ramírez, presidenta de la Fundación PDVSA La Estancia, le está quedando un dineral en la ejecución del trabajo de desbaratar las plazas Bolívar y Pichincha de Cumaná y tratar de hacer, como vaya viniendo, la aun no terminada colocación de adoquines”. Por cierto, esa obra, sin anuncio de costo, de ingeniero constructor, de proyecto ni de ingeniero supervisor, se decía estaría lista para los 500 Años de Cumaná. No fue así, señor Gobernador. Bueno, todavía nos queda la celebración de Santa Inés, el 21 de enero…
LA SINCERIDAD DEL PRESIDENTE Maduro es impresionante, al decir: “Si la oposición gana las elecciones, me iré a la calle a combatir”. Desde luego, eso es así. Muchas personas le dan a esas palabras una connotación de amenaza guerrerista. No, el Presidente Maduro con toda responsabilidad ha querido decir esto: Quien, estando en el poder pierde unas elecciones en contienda democrática, debe irse a la calle a ocupar el sitial de oposición asignado. Para conocimientos de mis lectores, esas palabras del Presidente Maduro fue un mensaje a lo interno de su partido; un alerta a los ofuscados jefaturados por Diosdado Cabello…
TENGO VARIOS conocidos miembros de la Fuerza Armada con rangos superiores. En algunas oportunidades me han dicho: “Para muchos de nosotros, integrantes de la Fuerza Armada, sería refrescante, oxigenante un equilibrio en las fuerzas políticas de la Asamblea Nacional. Así dejaríamos de estar atosigados”. A lo mejor, el pueblo les dio esa oportunidad de respirar con menos dificultad…
EL FILÓSOFO ESPAÑOL de confesión católica, famoso por su: Discurso sobre la Biblia, Juan Donoso Cortés, lo dijo de manera muy sencilla: “Nada sienta tan bien en la frente del vencedor como una corona de modestia”. Tomen nota señores nuevos y, ¿por qué no?, viejos diputados…
USTED VOLVERÁ a leerme.
Un aspecto significativo, dentro de la doctrina tratada de imponer por el fallecido Hugo Chávez, fue la orientación a fracturar la convivencia en la sociedad venezolana. Trató de imponer ese comportamiento con miras a dos propósitos: Uno, establecer un control social bajo forma dogmática, cuyo objetivo básico era reforzar la tendencia a darle permanencia a la necesidad del líder mesiánico, el salvador indiscutible.
Dos, dividir la sociedad en dos bandos irreconciliables, tomando partido hacia uno de ellos, mientras al otro le indilgaba la condición de ser los responsables de todos los males, cuyo objetivo básico era tener siempre un elemento referenciar a quien adosarle todas las culpas y responsabilidades de las acciones y resultados inherentes a las desubicadas actuaciones; es decir, tener siempre un opuesto malévolo, ya sea “el imperio” o la oligarquía parasitaria, de existencia ficticia en Venezuela y por tanto urgente de inventar. Ese propósito, concebido bajo el criterio de controlar por años todos los estamentos de la sociedad, tuvo un pico en su auge, en el cual no pudo mantenerse debido a la psicología de masa de una sociedad como la venezolana con profundo arraigo en las manifestaciones de solidaridad de procedencia tribal.
Hoy, según previas y contundentes manifestaciones de hastío observadas en voluminosa cantidad de paisanos, Venezuela amanece planteando una nueva y diferente orientación en la forma de concebir y proponer las relaciones sociales. Ni siquiera digamos, la correlación de fuerzas en la Asamblea Nacional, sino la composición de las distintas corrientes de pensamiento de quienes han sido investidos con el mandato de diputados, debe agudizar el entendimiento para captar, en aproximación lo más exacta posible, las intenciones del mandato otorgado. Ese mandato –sostenemos- tiene como principal norma establecer los mecanismos adecuados e inmediatos para reestructurar el ambiente de convivencia social en el cual florezcan sin reservas todas las iniciativas de paz y solidaridad, como plataforma para impulsar la búsqueda del bien común. Dos problemas muy complejos agobian al venezolano en la actualidad: el desabastecimiento y la inseguridad personal y de los bienes; la permanencia de ellos limita, obstaculiza, impide la tarea de construir un ambiente propenso a la búsqueda del bien común. Por supuesto, esa iniciativa requerirá de un sistema judicial sin desbordamientos tendenciosos.
El psicólogo social Axel Capriles (El Nacional: 04-12-2015), con estas palabras dice algo sobre el drama a superar: “Sin guerras civiles ni conflagraciones mundiales atravesamos un túnel del tiempo y aterrizamos de lleno en la modernidad. Mientras los países de la Europa del oeste apenas levantaban cabeza después de la Segunda Guerra Mundial y los países latinoamericanos sufrían indigestiones recurrentes entre golpe de Estado y dictadura militar, los venezolanos tomamos una autopista expresa hacia el bienestar y la libertad. Repentinamente, llegando al siglo XXI, todo se desvaneció”. ¡Ojo, no es volver al pasado, sino reconstruir, a partir de los nuevos elementos de actualidad, la convivencia de los venezolanos! Eso es lo primero. Y se puede hacer sin excluir a ninguno, porque todos somos necesarios.
BRISAS SUAVES
LO COMENTA LA GENTE. No sé si es caso para una investigación. L gente en la calle lo comenta diciendo: “A la esposa de Rafael Ramírez, presidenta de la Fundación PDVSA La Estancia, le está quedando un dineral en la ejecución del trabajo de desbaratar las plazas Bolívar y Pichincha de Cumaná y tratar de hacer, como vaya viniendo, la aun no terminada colocación de adoquines”. Por cierto, esa obra, sin anuncio de costo, de ingeniero constructor, de proyecto ni de ingeniero supervisor, se decía estaría lista para los 500 Años de Cumaná. No fue así, señor Gobernador. Bueno, todavía nos queda la celebración de Santa Inés, el 21 de enero…
LA SINCERIDAD DEL PRESIDENTE Maduro es impresionante, al decir: “Si la oposición gana las elecciones, me iré a la calle a combatir”. Desde luego, eso es así. Muchas personas le dan a esas palabras una connotación de amenaza guerrerista. No, el Presidente Maduro con toda responsabilidad ha querido decir esto: Quien, estando en el poder pierde unas elecciones en contienda democrática, debe irse a la calle a ocupar el sitial de oposición asignado. Para conocimientos de mis lectores, esas palabras del Presidente Maduro fue un mensaje a lo interno de su partido; un alerta a los ofuscados jefaturados por Diosdado Cabello…
TENGO VARIOS conocidos miembros de la Fuerza Armada con rangos superiores. En algunas oportunidades me han dicho: “Para muchos de nosotros, integrantes de la Fuerza Armada, sería refrescante, oxigenante un equilibrio en las fuerzas políticas de la Asamblea Nacional. Así dejaríamos de estar atosigados”. A lo mejor, el pueblo les dio esa oportunidad de respirar con menos dificultad…
EL FILÓSOFO ESPAÑOL de confesión católica, famoso por su: Discurso sobre la Biblia, Juan Donoso Cortés, lo dijo de manera muy sencilla: “Nada sienta tan bien en la frente del vencedor como una corona de modestia”. Tomen nota señores nuevos y, ¿por qué no?, viejos diputados…
USTED VOLVERÁ a leerme.
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