lunes, 26 de septiembre de 2016

Opinión: El veinte por ciento

Por: JOSÉ ISIDRO CORDERO

Ciertamente, en la geopolítica mundial las cosas han cambiado. Y si decimos mundialmente estamos incluyendo, inexorablemente a la región suramericana, donde esos cambio parecen haber tomado mayor aceleración y una configuración con características inéditas. Hasta hace un Suramérica, salvo cuatro (Argentina, Brasil, Colombia y Chile), carecían de sitio relevante en las agendas de los foros internacionales convocados para analizar los problemas y las tendencias del desarrollo y los avances tecnológicos planetarios. Venezuela no entraba en agenda,

¿Qué extraordinario fenómeno ha surgido en Venezuela, país todavía regodeado en su condición de simple exportador de una materia prima energética en minusvalía, con capacidad para quebrar las posturas de indiferencia y atraer la atención de los países poderosos? Uno, precisamente engendrado en su vientre, producto de la unión de la desmedida ambición de poder y el irrefrenable deseo de rapiña de quienes gobiernan. Ese fenómeno ha resultado ser un monstruo con inclinación desmedida a ir contra principios fundamentales de ámbito universal, tendientes a hacer valer la dignidad del ser humano, encarnada en el respeto a la libertad, el respeto a los derechos humanos, el respeto a las iniciativas ciudadanas; elementos verdaderamente garantes de la paz.

Entonces, ante una expectoración tronante de ese monstruo, referida a la pretensión de conculcar los derechos ciudadanos de los venezolanos, al poner trabas a la necesidad de cumplir con una norma constitucional, a fin de poner orden al desastre administrativo, moral y delincuencial del llamado socialismo del siglo XXI, como lo es el Referéndum Revocatorio, las alarmas de las democracias mundial se activaron. Hoy en día un chorro de miradas internacionales cae sobre Venezuela. Eso ha sido ocasionado por la conducta innoble de cuatro de los rectores del Consejo Nacional Electoral al pretender poner normas sobrevenidas, cuya connotación trasluce una innegable y exagerada parcialización política a favor de Nicolás Madura (contra quien se pide el Revocatorio) y de su nefasto Gobierno. Una de esas trabas está en la inclinación a ponerle un piquete, muy traído por los moños, a la exigencia de confirmación del veinte por ciento del electorado nacional en la petición del Revocatorio, y consiste en la idea de negarlo si en una de las veinticuatro Entidades Federales integrantes del territorio nacional no se llegase a ese mínimo de votos peticionarios. Tal dislate, a más de ser una traba con pintura indeleble de parcialización, resulta también un atentado (ello es lo más grave) contra todo el orden constitucional de la República y con propensión a desestabilizar la paz nacional y en término general, la paz del continente americano.

Profusas han sido las argumentaciones contra ese criterio de anular el Referéndum Revocatorio, si en una Entidad Federal o estado de la República la cantidad de solicitantes no llega al veinte por ciento de su caudal de electores. Aberrantes han sido las declaraciones del señor Jorge Rodríguez intentando darle consistencia a esa decisión. Él ha dicho: “Sería una insensatez requerir de un estado como Amazonas una cantidad menor de votos, porque estaríamos negándole a esos ciudadanos su oportunidad de participar”. Muy bien, pero sería más atorrante, si porque un estado, con el cinco por ciento, o menos, de los electores nacionales, no alcanza el veinte por ciento, anular el proceso en todos los demás estados, los cuales, en conjunto reúnen el noventa y cinco por ciento. Una argumentación de mucho peso es la siguiente: En el orden jurídico venezolano no existen, para efectos de validez de elecciones, restricciones numéricas, cualquier candidato gana con solo obtener la mitad más uno de los votos válidos emitidos, no importa la cantidad de ellos; otro, argumento con resonancia internacional, Nicolás Maduro perdió las elecciones en siete estados y, aun así, fue proclamado Presidente. En términos claros, no existe en la normativa electoral de Venezuela ningún condicionamiento numérico, salvo la mitad más uno.

BRISAS SUAVES

DE PROFUNDA SABIDURÍA la decisión del general Santoyo López, de no aceptar el ofrecimiento de Secretario General de Gobierno del estado Sucre, hecho por la alta cúpula del Gobierno, aderezada con el planteamiento de pedirle al Gobernador Acuña Cedeño el retiro del cargo por motivos d enfermedad y pasar y pasar aquél a ser titular de la Gobernación. Nadie se echa ese bojote al hombro, primero, porque arreglar lo desarreglado por Acuña es tarea titánica, y segundo, el cargo sería ejercido por apenas seis meses… EN POLITICA, SI queremos ganar, debilitar al contrario es factor de primer orden. El Revocatorio, en cualquier momento sea su ejecución, destroza las fuerzas del chavismo; por tanto nadie debe, en condición de opositor, dejarse arrastrar por la desilusión. Combatir y ganar es cuestión de temple… ES ESPELUZNANTE LA cantidad de muertes por actos violentos en Venezuela. Este año de 2016, según las estadísticas, batiremos record de homicidios por encima de guerras convencionales. Ya ni siquiera los funcionarios policiales están a salvo. Los entendidos en materia de criminalística responsabilizan al Gobierno por la acción, debido a su indiferencia en la aplicación de castigos; es decir, por propugnar la impunidad… USTED VOLVERÁ a leerme.

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