sábado, 18 de febrero de 2017

Opinión: Procurar ayuda es un deber

Por: JOSÉ ISIDRO CORDERO

En su programa de destrucción de las instituciones nacionales y adaptación de las sobrevivientes a su conveniencia, el actual Gobierno venezolano muestra obsesión por destrozar y masticarse a la Asamblea Nacional (AN). Pero más allá de una obsesión, las manifestaciones del Gobierno contra la AN revelan un inmenso temor al sentido plural de la democracia; a la discusión franca y sincera de los problemas vitales de la República. Y se entiende tal temor como una reacción incontrolada del Gobierno frente a la evidencia de no tener cuadros administrativos y de gestión con la preparación adecuada para llevar con éxito solución a los múltiples problemas inherentes al desempeño de sus funciones. Los funcionarios del Gobierno, en relevante cantidad, han llegado al cargo avalados únicamente por las credenciales de ser furibundos repetidores y gritadores de consignas partidistas muy propias para dar sustento al sectarismo malévolo.

 En el acoso a la AN, el Gobierno ha hecho uso de todos los instrumentos a su disposición. El más relevante instrumentos utilizado, y del cual hace galas sin ningún pudor, es el Tribunal Supremo de Justicia, en su Sala Constitucional, instancia precisamente integrada por personas validadas por las indicadas  credenciales de adherencia partidista. No para el Gobierno su tarea de banalizar las acciones de la AN , incluso las orientadas por el deseo de ayudar a la superación de la crisis en materia de alimentos, medicamentos, seguridad, educación, producción y salud; para ello  apela a toda la estructura de gobierno, así, le encomienda a la policía molestar al extremo a los diputados en sus desplazamientos por el territorio nacional; ordena a las instancias encargadas de los mecanismos  de identificación nacional retener y destruir pasaportes de diputados haciendo caso omiso a las normativas de respeto a la inmunidad parlamentaria; es decir, orquesta todo un conjunto de medidas para restringir, evitar o anular la contribución de la AN  a la búsqueda de soluciones a los problemas del país y quitarle al pueblo la carga de sufrimientos acuestas .

¿Por qué el Gobierno,  más ampliamente, el oficialismo se resiste a aceptar la colaboración de connacionales preocupados por la angustiante crisis posada sobre Venezuela? Por variadas e inconsistentes razones. De ellas, me atrevo a poner dos en la mesa: Una, la creencia del oficialismo de ser una nueva casta política predestinada para la salvación del pueblo, y por tanto, inmune a los errores. Otra, consecuencia de la primera, el imperativo de negar el fracaso o la incapacidad en la solución de los problemas, negando a rajatablas su existencia. Ese proceder es testimonio de desconocimiento en el deber de cada venezolano de procurar ayudas en momentos difíciles para el país, más debe hacerlo todo venezolano con cargos de alta responsabilidad como es el caso de Julio Borges, Presidente de la Asamblea Nacional, al cual el Gobierno pretende acusar ante el TSJ por haber conversado con el Presidente de Perú sobre los martirizantes problemas del país, bajo el supuesto de no estar autorizado constitucionalmente para hablar, en el plano internacional, sobre las cuestiones internas de Venezuela. Una barbaridad más  en la actuación del TSJ, si invalida el deber de los venezolanos de hablar de sus problemas en cualquier escenario,  no causaría asombro.

BRISAS SUAVES
NO FALTA QUIEN se pregunte, al conocer la visita de la Fiscal Luisa Ortega a Brasil para empaparse de los intríngulis del bochorno Odebrecht, si estará dispuesta a actuar contra algún chavista o madurista posibles de aparecer en la lista de corruptos comisionistas. Muchos de ellos deben aparecer en nómina, porque la Odebrecht puso pie en Venezuela durante este régimen. Esperemos con atención… ¿ALGUIEN HA VISTO, ha oído, en estos días,  a la señora Tibisay Lucena, presidenta del CNE? De mi parte, la respuesta es “No”. Otra rectora del CNE está copando la escena. ¿Cuál será el motivo de esa ausencia notoria? Según información de unos mollejudos zulianos, la señora Lucena está, desde el día viernes 10 de este mes, internada en el Hospital de Clínicas Caracas. Está en la sala de Terapia Intensiva porque su estado de salud es de pronósticos reservados. El Gobierno está encargado de custodiar ese centro de salud y mantener el asunto en sumo secreto. ¡Por algo será!...  CON LA VERDAD en el bolsillo. El columnista colombiano Francisco Santos (“Comenzó el baile”: El Nacional, 17-02-2017) no anda pelado cuando dice: “La equivocación de Estados Unidos es que cualquier sindicación de narcotráfico genera la reacción contraria, lo atornilla en el poder pues genera la solidaridad de cuerpo, entre otras razones porque gran parte del gobierno está involucrada en narcotráfico. Para nadie es un secreto que el gobierno venezolano en sus altas esferas hoy es un  concierto para delinquir alrededor de la corrupción y el narcotráfico, por eso ese tipo de sanciones no logran el objetivo deseado”. ¡Más claro no canta un gallo!... ¡HASTA CUANDO LOS actos de piratería en la porción de mar entre la isla de Margarita y el golfo de Cariaco! Los pescadores muestran angustia y desesperación, porque  a cada instante los despojan de sus pertenencias. ¿Dónde están las autoridades de vigilancia costera? Quizás, en reposo absoluto o mirando para otro lado… USTED VOLVERÁ a leerme.    

2 comentarios:

  1. Carupano,PARIA(kayarky).- Asi como van a investigar a ODEBRECHT tambien quisiera que investigaran a la CONSTRUCTORA DEL ALBA,S.A. del convenio CUBA-VENEZUELA que se han perdido o robado todos los reales que se aprobaron para la culminacion de la planta de cacao ODERI en esta ciudad y hasta la fecha ni los inspectores presidenciales se han avocado a meterle el OJO a este elefante BLANCO, digo ROJO...se cansa uno.

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