domingo, 12 de febrero de 2017

Opinión: Un zarpazo a la democracia

Por: JOSÈ ISIDRO CORDERO

Asombra la capacidad de coordinación de los órganos del Poder Público, adláteres del Poder Ejecutivo y cooperadores en el fortalecimiento de sus deseos dictatoriales, al establecer acciones milimétricamente bien concebidas para ampliar la frontera de dominio aspirada por el régimen.

¡Quién lo iba a pensar el curso de las cosas de esa manera! Mientras el Gobierno distraía con el asunto del diálogo, por su parte el Consejo Nacional Electoral  (CNE), en la evidente circunstancia de estar el oficialismo muy tambaleante en materia de respaldo suficiente para mantener las gobernaciones ostentadas, inicia un giro estratégico finamente tejido. Comienza por ignorar el mandato legal de realizar las elecciones regionales a finales del año 2016; para ello aprovecha el desvío de la oposición ocupada en aquello del Referéndum Revocatorio  (negado por otro ente cooperante como lo es el Tribunal Supremo de Justicia) y en mantener un combate parlamentario desde la Asamblea Nacional, cuyas decisiones, igualmente, se encontraban con la destructiva contundencia del TSJ. Cuando la oposición viró hacia atrás y noto el desdén del  CNE con respeto a la realización de las elecciones regionales, entonces cesó un poco en la petición de la consecución de lo ya imposible: el Referéndum Revocatorio, hizo, con cierta timidez,  el reclamo de las elecciones regionales.

Ante ese previsible reclamo, el CNE estaba preparado para dar respuesta oportuna pasando a la segunda etapa del plan estratégico. Apareció en pantalla la rectora presidente del CNE, con no muy disimulada sonrisita, anunciando un impreciso momento dentro del primer semestre del año 2017 para la realización de dichas elecciones regionales. Todo el mundo se dio cuenta de la descarada violación de la Ley de Procesos Electorales y de los reglamentos pertinentes, pero nada se podía hacer porque desde la retaguardia el TSJ apareció con sus lanzas jurídicas en ristre apoyando la medida. Por su parte, el Gobierno vino a escena para indicar la necesidad de respetar la inapelable decisión del TSJ. Además, el Gobierno comenzó a hostigar a los dirigentes de oposición, metiendo preso a algunos connotados. Con esa táctica volvió a distraer la atención oposicionista. Para complementar, regresó al afán de sentarse a la mesa de diálogo, pero sin muestra de ceder en nada.

Al parecer, el Gobierno o en todo caso el oficialismo ha tenido rendimiento favorable en los últimos meses de confrontación política, pero como el país se le sigue desbarrancando por el lado de la economía, de la salud y del abastecimiento; lo cual establece una imposibilidad de avanzar hacia la recuperación en el plano de la aceptación y apoyo popular; el CNE pasa a la tercera etapa de su plan estratégico, consistente en ubicar las elecciones regionales para finales de 2017, bajo el argumento, muy débil jurídicamente, de no estar los partidos políticos autenticados ante ese organismo electoral, pero, para evitar riesgos, impone una serie de condiciones, casi imposibles de cumplir, para tal autenticación de los partidos. Con esta astucia se le da un zarpazo a la democracia apretándola por la yugular. Un zarpazo muy propio de fieras dispuestas a mantener sus espacios de poder. El TSJ vuelve a aparecer con sus fuerzas de respaldo. Sin embargo, la resistencia de los factores democráticos está intacta.

BRISAS SUAVES
REPITO Y NO ME CANSARÉ de hacerlo. El  gobernador de Sucre, Edwin Rojas, designado gobernador a dedo, comenzó su gestión con acento típico de campaña electoral. He hecho las pesquisas necesarias y me han confirmado ser esa su misión, porque será el candidato del madurismo. Dentro del oficialismo le ha surgido una corriente chavista en su contra. Su pelea interna no debe ser motivo de preocupación para los sectores de oposición, sino el hecho del adelanto de campaña; pero estimando lo improcedente de un llamado a ceñirse al orden normativo, debido a la pronta actitud del TSJ para suavizarle el camino, una propuesta realista sería decirle a indicarle a la oposición el imperativo de meterse en los barrios e ir a los programas periodísticos con la misma intención de campaña. Para el éxito de ese empuje, se debe poner en la calle un candidato. ¡Pero eso es ya!... EL GOBIERNO, CON TODO  el aparato administrativo a su favor está en creencia de llevar adelante, con mucho éxito, unas políticas gubernamentales con resultados positivos a plazo de ocho a diez meses, Cuando culmine ese plazo evaluará la situación para ver los índices de rendimiento en la aceptación popular; si ellos son suficientes para ganar al menos la mitad de las gobernaciones, entonces llamará a elecciones regionales. La oposición tiene a su favor un factor mucho más poderoso: la adhesión de las masas populares, pero debe tener esas masas en movimiento, en agitación constante; porque las masas populares en reposo son como las aguas estancadas, se corrompen, más aun si el Gobierno le vierte elementos aceleraste  del proceso corruptivo como son los claps, el carnet de la patria y las becas estudiantiles. Las masas populares deben ser agitadas para provocar su oxigenación; a ellas se les debe abrir canales de desagüe para formar corrientes poderosas; desde luego, esas corrientes deben ser encauzadas mediante paredes de buen liderazgo, a fin de evitar desbordes innecesarios… USTED VOLVERÁ  a leerme.

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