domingo, 17 de abril de 2011

Rojas Azuaje/"El río Manzanares es una cloaca"

Por  Rojas Azuaje

EL RÍO MANZANARES ES UNA CLOACA: En días recientes visité la ciudad de Cumaná. Estuve por esos lares con el motivo especial de participar en los actos protocolares de la graduación de uno de mis hijos: RAINER EMSAID, como Abogado de la República por la Universidad Gran Mariscal de Ayacucho. En unas horas libres, al lado de mi esposa, nos pusimos a turistear por calles y avenidas de la antigua Ciudad Primogénita del Continente. Cuando pasábamos por un colonial puente, nos llamó la atención la fetidez que venía de las aguas del río. Admito que no sabía que era el muy famoso río Manzanares. ¡Qué decepción! El principal de los afluentes fluviales de Cumaná es, sin peros que valgan, toda una cloaca. Sus aguas son del color verdoso propio de un canal de aguas putrefactas. Está repleto de basuras de toda índole. Quisimos sentarnos en sus cercanías pero, la fetidez era tan fuerte, que tuvimos que alejarnos de allí. Los cumaneses deben sentir una  pena muy honda ante tan repugnante, feo y  lamentable espectáculo.

NOLBELIS MUNDARAIN: Siente uno un grande desvarío/ al observar lo lamentable que está el río/ oh, río Manzanares/ sólo puedo pensar en tus muchos pesares/ ¿cómo es posible que la Ciudad Primogénita del Continente/ tenga un río que aleje a la gente?/ ¿será que eligieron en balde/ al rubio como alcalde?/¿acaso Cumaná necesita un almirante?/ en lugar de un Maestre nada diligente?/ gracias a Dios pronto amanecerá/ y
seguramente mejores gobernantes tendrá.

EL RÍO MANZANARES ES UNA CLOACA (II): Será que la ciudad en donde vio su primera luz el Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre y Alcalá, no tiene un alcalde que se ocupe y se preocupe por la suerte del río Manzanares? Fui informado que ni el anterior alcalde (hoy gobernador) ni el que está en funciones, Licdo. Acuña (el rubio), se han molestado en posar sus ojos ni sus narices ante la desidia que padece el histórico río Manzanares. Ahora, admito que no estoy descubriendo el agua tibia. No, los padecimientos de tan importante vía fluvial son ya bastante viejos. Opino, sin que me quede nada por dentro, que el ex gobernador Ramón Martínez también tiene mucha culpa de tan grande e increíble abandono. Entonces, persuadido estoy que, el río Manzanares, no ha tenido suerte ni con la IV ni V Repúblicas. El río Manzanares ha padecido la insensatez y la desidia de los mandatarios que han pasado por sus muy largas riberas, sin haberse percatado de sus disímiles penurias. ¿Será posible que los señores concejales ante el ayuntamiento del municipio Sucre, echen unas miraditas hacia el río que los representa en el importante mapa de las cuencas hidrológicas de nuestro país y, después de sopesarlo muy bien, aprueben conformar una Sociedad de Amigos del río Manzanares, con el justo y sano propósito de rescatarlo para bien del ambiente y del paisaje cumanés? Pienso que si los señores cabildantes cumaneses estudiaran tal propuesta, el porvenir del gran río Manzanares sería otro...Para luego es tarde.

ROSHELENIS FONTANA: Aunque en este viaje/ de Cumaná hoy se ocupa Rojas Azuaje/ no por eso me olvido de mí Carúpano amada/ pues estas rimas las tiene bien ganadas/ y además con  gran emoción/ aprovecho la ocasión/ para traer a colación/ las aspiraciones de José Ramón/ de ganarse el apoyo de la gente/ para retornar a ser un magnífico gerente/ yo hice, él puede por todos los rincones exclamar/ mientras los otros tienen que inventar/ pues como no han hecho nada/ la confianza del pueblo no les ha sido otorgada.

¿DÓNDE ESTÁ ENTERRADO EL GENERAL EUSEBIO ACOSTA? Como soy un empedernido amante de la historia de lo que hoy es mi terruño, es decir, de Carúpano, apenas arribé a esta ciudad en 1993, me dediqué a hurgar en los viejos libros que reseñaban sus bellos anales. Uno de mis nuevos amigos, el poeta don Bencho García, me prestó la biografía del general en jefe José Eusebio Acosta Peña, escrita por el barcelonés, Dr. Santos Dominici. Aquél libro es ameno y, sobre todo, muy detallista. En sus páginas me empapé de la vida y milagros del gran prócer de la guerra de la Federación. Triunfador en incontables batallas. Fue gobernador del estado de Cumaná y, si la muerte no lo hubiese llamado, habría, sin la menor de las dudas, alcanzado la mismísima presidencia de la República, puesto que era el candidato del general Antonio Guzmán Blanco. Manifiesta su biógrafo, el Dr. Santos Dominici, que al enterarse el presidente Guzmán Blanco de la muerte del general Acosta Peña, de inmediato le solicitó a los integrantes del Senado de la República, que lo honrasen inhumando sus restos en el Panteón Nacional. Así lo hicieron los senadores del año 1882 pero, agrega Dominici, el pueblo de Cumaná no aceptó que los restos del general Acosta se lo llevaran a Caracas y, entonces, las altas autoridades cumanesas de aquel tiempo decidieron enterrarlo en la Iglesia de Santa Inés.

MORAIMA MARÍN MORÁN: Nada fácil es ser historiador/ pues muchos por candor/ la añeja historia la cuentan con amor/ no sabiendo que pasado el tiempo/ sus historias se transforman en un simple cuento/ no todos plasman en sus libros los mismos acontecimientos/ algunos lo hacen con sólidos basamentos/ y otros porque sólo escucharon los eventos/ como Dios es dueño del firmamento/ le otorga a algunos historiadores nítidos fundamentos

¿DÓNDE ESTÁ ENTERRADO EL GENERAL JOSÉ EUSEBIO ACOSTA (II): Lo anterior plasmado está en la biografía reseñada por el Dr. Santos Dominici pero, al parecer, todo lo relacionado con su entierro, para mí, no lo veo absolutamente aclarado. ¿Por qué expreso tan grande y peregrina idea? Pues, muy sencillo, cuando estuve en la ciudad de Cumaná, pensé en visitar la tumba del general José Eusebio Acosta, ubicada, según el Dr. Dominici, en la Santa Iglesia de Santa Inés, que por cierto no es en honor a Santa Inés del Monte sino de Santa Inés, Virgen y Mártir. Pero, cuál no sería mi grande desengaño, cuando, amiga mía, amigo mío, el sacristán de dicho templo, don Leonardo Rumbos, a la pregunta que en dónde estaba la lápida que indicaba la tumba del general José Eusebio Acosta Peña, me respondió: Que yo sepa, y tengo aquí más de veinticinco años, no hay ninguna persona ni del siglo XIX ni del siglo XX enterrada en esta Iglesia. Usted puede ver que no hay ninguna lápida que lo indique. Además, hace unos años un destacado historiador visitó el templo con la idea de investigar, mediante unos aparatos de última generación, si en el subsuelo de este templo había huesos humanos. Aquella investigación arrojó que no existía el menor vestigio de restos humanos por ninguna de las partes del subsuelo. Por lo tanto, puedo afirmar, que en la Iglesia de Santa Inés no están los restos del general Acosta, lo que vendría a significar que, jamás, fueron enterrados aquí. Bueno, ante tan enfática afirmación no me queda otra alternativa que preguntar: ¿Y dónde fue enterrado el gran prócer de la Guerra de la Federación? Ahí les dejó tan triste interrogante.

JENNY JIMÉNEZ: Hurgarán de costa a costa/ y no encontrarán los restos del general Acosta/ ¿será que Dominici, el historiador/ cometió el craso error/ de no investigar a fondo la cuestión?/ creo que es una obligación/ que los señores investigadores expresen su opinión/ y nos hagan pronto saber/ hacia dónde los restos del general Acosta Peña fueron a tener.

CASA RAMOS SUCRE: Iba en la búsqueda de la Iglesia de Santa Inés, en Cumaná. El citado templo estaba cerrado. Lo abren a las cinco de la tarde y apenas eran las dos y media. De pronto observé que, al frente de la Iglesia, estaba la Casa Ramos Sucre. No mucho, admito, había leído en torno a este eximio poeta cumanés. Decidimos mi esposa y yo hacer una visita a aquella hermosa casa solariega. Allí fuimos recibidos con suma gentileza por la señora Eloísa Suárez y por el señor Freddy Gómez. De entrada nos brindaron un sabroso cafecito. Después nos invitaron a visitar la extensa y colonial casa. Luego, la Licda. Clara Mago, la encargada de la biblioteca, nos brindó una muy especial atención. Vayan a nombre de mi esposa y en el mío propio, millones de gracias.

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