Por: Luis Atay
A comienzo de la semana pasada; como consecuencia de un enorme deslizamiento de tierra, árboles y rocas ocurrido en la zona montañosa alta que acompaña al río Manzanares durante un buen trecho no lejano de su nacimiento; las parroquias San Lorenzo y Cumanacoa, municipio Montes del estado Sucre, comenzaron a sufrir un estremecedor operativo de suministro racionado de agua; ya que el acueducto que las surte de tan vital líquido, se nutre precisamente de aguas ligadas al tan famoso y a la vez dañado río, y; la mayor cantidad de terreno deslizado, cayó en su cauce y esta cerrando el libre paso de la corriente fluvial. De muy difícil acceso, la zona afectada está a unas 6 horas ”a piesmente” del pueblo de Las Trincheras; y esta a su vez, dista unos 40 minutos en automóvil desde Cumanacoa. Su recorrido; aunque accidentado, es extremadamente agradable, pues; no solo se hace yendo del brazo acompañante del Manzanares, sino bajo un esmeráldico follaje y un sabrosísimo clima. Los pasos al andar; incluidos los de los animales de transporte, marcan el compás de una música entonada por pájaros y otros miembros de la fauna turimiquireña, dentro de un arpegio percusional de todos y del propio río.
La inestabilidad atmosférica al norte de Venezuela; interactuando con la actividad de la Zona de Convergencia Intertropical, genera abundante nubosidad con precipitaciones dispersas durante todo este periodo lluvioso y extensivas a otras zonas aledañas. A finales del pasado mes de Julio, la Naturaleza; en el uso de los derechos que le fueron concedidos por Dios, hizo notar la otra cara, (la inexorable), de su presencia, esta vez materializada en fuertes precipitaciones lluviosas sobre la zona del Turimiquire; y dentro de esta, el cauce virginal del río Manzanares y de sus afluentes locales. Dichas precipitaciones, -copiosas y continuas-, deslizaron una enorme cantidad de tierra con arrastre de masa rocosa y vegetal en los sectores conocidos como Las Flores y Chiguana; obstaculizando el camino hacia esas zonas agrícolas y la extracción de rubros alimenticios allá cosechados.
A nuestra experimentosa manera de ver este fenómeno natural; el mismo no sería el primero ni será el último a ocurrir en esta zona, habida cuenta de su alta pluviosidad y la existencia de terraplenes consecuencialmente erosionados; sin embargo, no podríamos expresarnos igual con respecto al solucionable problema del agua y al prolongado sometimiento de la población a sufrir los rigores de paliativos dosificados. Al igual que el problema de la quema en este municipio, no es la primera vez que tocamos el tema del agua; precisamente en su zona, donde le nacen algunos de los ríos más importantes del oriente venezolano; sin incluir, la cantidad de riachuelos y quebradas.
Desde ese punto de vista, no deberían existir razones justificativas para sufrir ningún desabastecimiento del vital líquido. Si la memoria no sigue empeñada en fallarnos, recordamos que; estando como ediles en el Concejo Municipal de Montes, -hace mas de 30 años-, se hizo la aducción de algunos sectores de San Lorenzo a este mismo acueducto que surte a Cumanacoa; por supuesto, era menor la población y el abasto era suficiente; pero tampoco era una cosa del otro mundo, visualizar que los tanques de sedimentación y reserva deberían multiplicarse al rondar el transcurrir de unos 20 o 25 años. Hoy; a estas alturas de los tiempos y con otra proyección poblacional, al menos deberían construirse, ¡ipso facto!, 2 sedimentadores y otro tanque mayor de almacenamiento o reserva de agua.
Este caso; junto al de varios semáforos ya necesitándose a lo largo de la Av. Sucre de Cumanacoa, (para que “huela” más a ciudad), y; al tiempo de haber decretado el pertinente Estado de Emergencia, (habida cuenta de la necesidad de activar recursos humanos, técnicos y financieros para atender los efectos dañosos de esta adversidad), lo tuvimos abordando al anochecer del domingo 31 de julio, con el propio alcalde de Montes, profesor Rafael E. Barrios, al encontrarlo activamente en plena faena del suministro de agua en compañía de un eficiente equipo de funcionarios de la alcaldía, Hidrocaribe, ejercito, comisario y agricultores del sector afectado, bomberos municipales y de Inparques, Protección Civil de los municipios Montes, Sucre y Mejía del Estado Sucre; así como también, -y que Dios se los premie-, de otros funcionarios PC venidos, ¡otra vez!, del municipio Guanta, Estado Anzoátegui, con 5 camiones cisternas enviados por el solidario y consecuente alcalde, Jhonnathan Marin, ante las gestiones preocupadas del director montesino de protección Civil Sucre, comisario Beltrán “Cheche” Velásquez.
Una mención muy especial queremos hacer con la colaboración voluntaria, (sin otro fin diferente al de ayudar al prójimo), prestada por quienes lo hacen de buena voluntad; representándolos hoy, en la figura de nuestro amigo y vecino de nuestra natal calle Miranda, Rafael José Veliz Salaya, (a), el famoso “Cheo Manchao”. ¡Dios lo bendiga por siempre!, hermano. En verdad; no obstante el actual plan de racionamiento informado a la población, la solución definitiva no es a corto plazo, pero estamos esperanzados en las palabras del profesor Barrios; y mucho mas, al ser enterados por nuestro hermano Juan José Atay, -funcionario de la Asamblea Nacional-, quien estuvo en su compañía por los predios caraqueños y supo de sus diligencias ante el gobierno revolucionario en función de solucionar este tan seco problema acuoso en nuestro municipio, el cual; como ya lo hemos asomado, no es ajeno a las copiosas lluvias, caudalosos ríos, torrenciales riachuelos y abundosas quebradas, (como las aún existentes en este espacio sucrense, sobreviviendo a descaradas talas irracionales, impunes quemas criminales y otras permitidas
depredaciones humanas, ¡a pesar de las Leyes!). ¿Sonó algo paradójico, verdad?
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