Por: Amalio (Mayito) Solano
amasol-5@hotmail.com
El pasado 23 de noviembre se realizó en Ciudad Guayana una ponencia titulada “Multados por informar”. Allí estuvo la periodista María Alejandra Fernández, la misma que cubrió lo acontecido en El Rodeo II. Esta mujer trabaja para el canal Globovisión, y estuvo acompañada del consultor jurídico Ricardo Antela y Elsy Berroeta, jefa de información quien también trabaja para ese canal. El acto se realizó en el anfiteatro de la Universidad Católica Andrés Bello.
María Alejandra en su intervención dijo que durante esos días no escuchó más que el llanto de las madres y los incesantes disparos. Que eso era lo más cercano a una guerra que había presenciado.
Ya comenzó a mentir. Lo del llanto de las madres es aceptable, pero el incesante disparo no se lo creyó ni ella misma. Si eso hubiese sido así…, no hubiese estado allí contando mentiras. Es tan mentirosa esta periodista que se atrevió a decir que era lo más cercano a una guerra.
Siguiendo con su relato confesó que hizo todo lo posible por no sentirse afectada por su labor en informar. Quiere decir que no sirve para cubrir sucesos que verdaderamente sean lo más cercano a una guerra, porque dejaría el pelero. La labor de un periodista es informar lo que realmente está sucediendo, lo que sus ojos logran ver y sus oídos escuchar. Esa es su labor, pero no decir mentiras para alarmar a la población y hacer creer que el mundo se está acabando. Allí es donde está el problema.
Según ella, recibió una llamada y un mensaje. La llamada la impulsó a seguir su trabajo (¿sería del canal que le dijeron que no fuera a abandonar?). Y el mensaje que era una advertencia. Lógicamente si abandonaba su labor de informar, la despedían de su trabajo. La verdad que esta María Alejandra se parece a María Corina contando mentiras. Otra de las mentiras fue que a ella no le permitieron acercase y tuvo que transmitir a una distancia un kilómetro de lo que estaba sucediendo.
También dijo que se dedicó a ser el puente que necesitaban los parientes de los presos. Luego agregó: “Lo que más había eran mujeres dispuestas a dar la vida por sus hijos, ese día conocí lo que es el amor de una madre”. Ella no sabía que las madres siempre están dispuestas a dar la vida por sus hijos sea lo que sea, pero lamento mucho que ella no supiera antes lo que era el amor de una madre. Pero me alegré que ese día haya conocido lo que es ese amor de una madre para con sus hijos.
En esa ponencia no sólo ella mintió, sino también el abogado y la jefa de información. Aquí no se multa a ningún medio de comunicación por informar. Lo que pasa es que quien informa tiene que ser responsable de lo que dice, porque no se justifica que una periodista esté diciendo cosas que no están sucediendo.
CONATEL está cumpliendo con su deber y el canal Globovisión tiene que cumplir con la multa que le impusieron por estar transmitiendo imágenes con sonido de disparos en un montaje que parecía que había una guerra en el país. Todos tenemos el derecho de estar bien informado, de conocer la verdad. Y mientras ellos sigan transmitiendo sus mentiras y haciendo montajes en la noticia, tendrán que seguir pagando las multas hasta que el gobierno decida lo que va hacer con ese canal que aterroriza al televidente.
Los artículos 57 y 58 de nuestra Constitución son explícitos en cuanto al derecho de informar y ser informado. Es por eso que mientras en Globovisión hagan montajes en la noticia e informen lo que no está sucediendo como lo hizo desde las afueras del Rodeo II, la periodista María Alejandra Fernández, sus dueños seguirán desembolsando dinero y sus seguidores en las calles con un pote en la mano pidiendo para pagar las multas mientras los trabajadores del canal viajarán por el país con sus ponencias mentirosas haciendo ver que el gobierno los persigue y no los deja trabajar.
Es muy fácil mentir, lo difícil es conocer la verdad.
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