lunes, 29 de octubre de 2012

Opinión: Venezuela, identidad y ruptura

DR. ANGEL RAFAEL LOMBARDI BOSCAN
DIRECTOR DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTORICOS DE LUZ

“Sólo si analizamos el pensamiento y la obra de Bolívar apartando toda emoción filial, podremos otorgar la mayoría de edad a nuestro pueblo y, por otra parte, dejar de considerar que nuestros ascendientes españoles son culpables de todas las faltas que les fueron imputadas por los libertadores, rescatando así el pasado colonial, que es el segmento más extenso y probablemente decisivo de la historia venezolana”.

            El párrafo anterior corresponde a Angel Bernardo Viso y constituye su gran conclusión en un texto lucido y pertinente sobre nuestro pasado histórico como pocas veces se ha escrito en el país. Desconocía la obra: “Venezuela: Identidad y Ruptura”, cuya primera edición es del año 1982, pero ahora que le he leído y disfrutado, puedo expresar mi convencimiento en las bondades de un pensamiento crítico e inteligente que procura comprender el laberinto del alma criolla venezolana bajo premisas universales.

            Bernardo Viso va tras los rastros de nuestra herencia escindida artificialmente luego de la Independencia, nos habla acerca de la necesidad de liberarnos los venezolanos de hoy, “del maleficio del resentimiento” y de romper las cadenas que nos condenan a la minusvalía, a romper con el cataclismo perenne, el fracaso reiterado en convertirnos en un país evolucionado.

Para Bernardo Viso, las causas que entorpecen ese desarrollo, están presentes más en el ámbito de un cuerpo de creencias inconsecuentes, que en nuestros vestigios materiales, desiguales en sí, y condicionados por una mentalidad enferma. “… el venezolano, desde la cuna, pasando por la escuela, se proyecta así mismo como un hombre de segunda clase, con un yo degradado por un trauma histórico aún no superado”.

El trauma histórico no es otro que el de hacer “tabla rasa” con nuestros padres del periodo hispánico negándoles un protagonismo en la construcción de la identidad cultural e histórica venezolana. El laberinto espiritual venezolano navega el desamparo alrededor de una orfandad auto flagelante sin posibilidades de remisión haciéndose acompañar de una historia ideologizada que comienza y termina en la épica de Los Libertadores.

“… la ruptura con el pasado, cuando es radical, tiene el gravísimo defecto de dar paso a una improvisada adopción de instituciones extranjeras, de origen diverso, las cuales, sumadas a las ocurrencias propias, producen una curiosa amalgama de elementos sin cohesión alguna”.

Y es que la improvisación constante, de un gobierno tras otro, sin posibilidades de continuidad bajo el amparo de un proyecto de país concertado y junto al recordatorio de un pasado reconciliado, es lo que termina por condenarnos a padecer una nimiedad pavorosa que no se corresponde con los anhelos de grandeza que Bolívar y la generación de los próceres nos auguraron luego de la gran victoria militar en 1824. Y esto, que no es un asunto de accidentes lamentables, sino como dice el autor, forma parte de “una indecisión en el centro mismo del ser” venezolano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los comentarios aparecerán luego de ser revisados