martes, 17 de febrero de 2015

Opinión: Juan Pendejo y las colas

Por: Econ. Antonio José Rivera Chávez
guaripeterojo@outlook.com

El pensionado heroico en noche de insomnio vagaba entre ventanas observando el vecindario cuando fijo sus ojos sobre el ventanal mas próximo donde se levantaba una especie de hoguera lo cual lo motivo a tocar la puerta de la vecina para dar la alarma del supuesto incendio y cerca del portal escucho el murmullo rezandero de varias personas con lo cual cambio de opinión y pensó en la muerte de algún familiar.

De todas formas toco la puerta con cautela y al instante ante el ,quedo al descubierto un altar de envoltorios de Santos desaparecidos donde se distinguía el café,la leche,la harina pan,desodorante,arroz,papel culero,aceite y otras menudencias extraviadas en la guerra económica de fin de mundo. Disculpen dijo apenado .No se preocupe vecino contesto la mujer. Si quiere pase adelante y pongase cómodo. Esta es una cadena para ver si Dios proveerá a esta casa de los elementos básicos para la dieta diaria. Anteayer rezamos y luego exigimos algo.Hicimos la cola desde las cuatro de la madrugada y conseguimos el milagro: Dos paqueticos de café .Con la merma de que ofrecimos si conseguíamos el mismo brindarle a los más íntimos un poquito para cada uno. Nos quedo media bolsita en el reparto pero si Dios provee hay que pagar con acciones. Se hizo el locadio y pensó en tiempo pretérito y se dijo: Esta gente esta loca. Se retiro y en el pasillo iban unas mujeres muy bien vestidas y una le decía a la otra: ¡Apurate¡ Lupe .Los Guardias llegan a la cinco y para pasarnos hay que llegar en tiempo.Al observar a la vecina noto que esta llevaba como par de almohadas en el trasero. No sabiendo si era para conquistar a los uniformados o para sentarse en la cola.

Se dispuso a dormir cuando nuevamente sintió un tumulto de personas desplazándose por las adyacencias y solo escucho cuando una le decía a la otra: Si nos encontramos con la camarada Anastasia le decimos que vamos para el Cementerio del Este. Ni de casualidad le digas a esa “chebestioza” que vamos para una cola a comprar azúcar. Esa se burlaría de nosotras y hasta lo pondría en la cartelera del condominio.Tanto que le dimos casquillo viajando todos los años para Disney y ahora viendo PA’l cielo por horas para ver ¿Qué hay?

Visto y oído el proceso de las colas de la amargura se acordó de las Charlas sobre Marxismo que le daban por allá por los años sesenta del siglo pasado en la casa del PCV en Cumana donde aprendió que “la religión era el opio del pueblo” pero llegado a la Presidencia un hombre con aprontes Marxistas en Cuba la del socialismo científico le resulta que el tal opio se convirtió en colas donde la gente espera por horas y hasta días para el milagro de ver en sus manos una bolsa de jabón (las llaves) lo cual por un lado es ordinario materialismo puro sobre todo por los precios y la Inflación pero por la otra es la realización del mas allá en el mas acá luego de riítos rezos y promesas para el privilegio de conseguir lo perdido. Algunas veces hasta es Satánico el asunto como ocurrió con una señora de la Cuarta Edad la cual cantaba para ligar la compra de café la canción de Juan Luis Guerra ¡ojalá ¡ qué llueva café en el monte cuando ¡zuas¡ llovió un aguacero de perdigones ya que en la fila estaban unos agentes extranjeros según parece de la guerra económica distribuyendo agua y hablando mal del cambio racional para una mejor figura corporal con la Dieta Maduro . Bueno se dijo así si son las cosas. Apago la luz y pensó en lo único que salva al pueblo: Votar, no hay otra, por gente menos enrollada a cualquier costo.

Amanecerá y votaremos.

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