Por: JOSÉ ISIDRO CORDERO
¿Aparte de la confesión de Diosdado Cabello, estableciendo la no letalidad social de las firmas en recolección para apoyar la pretendida intervención, del Gobierno venezolano, en asuntos internos de Estados Unidos, qué propósito real anida la campaña petitoria? Obviamente, como dijimos en ocasión anterior, el Gobierno, en su afán de convertir al pueblo venezolano en víctima y excusar, de forma deliberada, a sus siete corruptos mencionados en la Orden Ejecutiva del Presidente Obama, sacó de ese instrumento normativo la expresión más conveniente a sus intereses políticos, aquella según la cual: “Venezuela constituye una amenaza extraordinaria e inusual a la seguridad nacional y política exterior de Estados Unidos”. Por supuesto, en las circunstancias provocadas por el Gobierno en su actitud de apoyo a grupos subversivos internacionales con características de inclinación terrorista y su solidaridad automática con personas en actividades económicas ilícitas, Venezuela clasifica como amenaza. Y, en términos precisos, la culpa de todo la tiene el Gobierno nuestro.
Circunscritos a la pregunta inicial, la segunda intención del oficialismo, en su desmesurada campaña de saturación patriotera se circunscribe a tomarle pulso a la opinión pública nacional, con miras a verificar los niveles de aceptación de los dirigentes del chavismo y el madurismo. Por eso, sus primeras declaratorias fueron enarbolar la bandera de los diez millones de adeptos, al indicar la recolección de firmas en esa cantidad. Parto de informaciones precisas, de fuentes muy confiables; a la altura de la campaña sólo han logrado aproximarse a un millón doscientas mil, y según evaluación de expertos de sus mismas filas, remontar los tres millones será alto difícil. Allí está una expresión bastante elocuente de las firmas. Si la suerte los asiste y llegan a los tres millones, sólo obtendrán el respaldo del 16% del electorado nacional calculado en 19.000.000 votantes. Ese porcentaje está un poco por debajo de los arrojados por sondeos de opinión recientes: 20% a 21 % de popularidad, tanto del Gobierno como de los dirigentes oficialistas.
Otra elocuencia de las firmas es un alerta en la posibilidad de, conocido un avance sobre la disposición del pueblo a buscar nuevas formas de administrar la cosa pública, el Gobierno entre en desesperación y comience a cometer locuras; desde luego, no podemos incluir como locura esa sarta de ofrecimiento presidenciales imposibles de cumplir, éstos pertenecen a la viciosa condición de mentir muy propia de ellos. Pero pudieran seguir aumentando la canallesca inclinación a encarcelar y torturar a líderes de oposición ya sean políticos o de otras esferas de la vida nacional.
BRISAS SUAVES
¡QUÉ MONSTRUOSIDAD! ¿Dónde está el respecto por los Derechos Humanos y la convicción democrática de quienes gobiernan este país? Según palabras de personas, las cuales han visto las cavernas dispuestas por el Sebin, en la zona de la Plaza Venezuela de Caracas, para guardar a presos, sobre todo por sus posiciones políticas, di icen del parecido de esos antros con las mazmorras de la muy temida cárcel: La Rotunda, de la dictadura gomecista. Tal vez Andrés Eloy Blanco, en su dignidad poética y su magnífica utilización del símil, en su condición de huéspedes de aquellas mazmorras y conociendo las del Sebin, tampoco hubiera tenido dificultad de comparación…
CREÁNLO Y ENTIÉNDALO. Una cantidad voluminosa de la gente en diáspora hacia el exterior, muchas de ellas con bagaje de altísima categoría académica, son productos de los cuadros universitarios de izquierda. Personas lanzadas por la calle del medio, dentro de las universidades, postulando las bondades del socialismo y el comunismo, como fórmulas para encausar a la sociedad por las vías del bienestar. Hoy tocan puertas en otros países de América y de Europa. Se van huyendo del monstruo alimentado con sus ideas…
REBUSCA LA FISCAL una ley, cónsona con su deseo de parcialidad, para limitarle al pueblo el uso de redes de comunicación con dificultad para ser controladas por el Gobierno. Vislumbro en ese empeño otra violación a los Derechos Humanos. Señora Fiscal, vaya sumando. Pero recuerde lo universal de la pena y su condición de no prescripción…
QUERAMOS O NO, la culpa de las vicisitudes sufridas por los venezolanos hoy en día no es de Nicolás Maduro, él es apenas un ciego obediente. La culpa es de Hugo Chávez, a quien el pueblo ya ha identificado y la historia condenar. Se asoma el momento de la rectificación, de decirle adiós a Maduro…
BIENVENIDOS TEMPORADISTAS, disfruten y cuiden… USTED VOLVERÁ a leerme.
¿Aparte de la confesión de Diosdado Cabello, estableciendo la no letalidad social de las firmas en recolección para apoyar la pretendida intervención, del Gobierno venezolano, en asuntos internos de Estados Unidos, qué propósito real anida la campaña petitoria? Obviamente, como dijimos en ocasión anterior, el Gobierno, en su afán de convertir al pueblo venezolano en víctima y excusar, de forma deliberada, a sus siete corruptos mencionados en la Orden Ejecutiva del Presidente Obama, sacó de ese instrumento normativo la expresión más conveniente a sus intereses políticos, aquella según la cual: “Venezuela constituye una amenaza extraordinaria e inusual a la seguridad nacional y política exterior de Estados Unidos”. Por supuesto, en las circunstancias provocadas por el Gobierno en su actitud de apoyo a grupos subversivos internacionales con características de inclinación terrorista y su solidaridad automática con personas en actividades económicas ilícitas, Venezuela clasifica como amenaza. Y, en términos precisos, la culpa de todo la tiene el Gobierno nuestro.
Circunscritos a la pregunta inicial, la segunda intención del oficialismo, en su desmesurada campaña de saturación patriotera se circunscribe a tomarle pulso a la opinión pública nacional, con miras a verificar los niveles de aceptación de los dirigentes del chavismo y el madurismo. Por eso, sus primeras declaratorias fueron enarbolar la bandera de los diez millones de adeptos, al indicar la recolección de firmas en esa cantidad. Parto de informaciones precisas, de fuentes muy confiables; a la altura de la campaña sólo han logrado aproximarse a un millón doscientas mil, y según evaluación de expertos de sus mismas filas, remontar los tres millones será alto difícil. Allí está una expresión bastante elocuente de las firmas. Si la suerte los asiste y llegan a los tres millones, sólo obtendrán el respaldo del 16% del electorado nacional calculado en 19.000.000 votantes. Ese porcentaje está un poco por debajo de los arrojados por sondeos de opinión recientes: 20% a 21 % de popularidad, tanto del Gobierno como de los dirigentes oficialistas.
Otra elocuencia de las firmas es un alerta en la posibilidad de, conocido un avance sobre la disposición del pueblo a buscar nuevas formas de administrar la cosa pública, el Gobierno entre en desesperación y comience a cometer locuras; desde luego, no podemos incluir como locura esa sarta de ofrecimiento presidenciales imposibles de cumplir, éstos pertenecen a la viciosa condición de mentir muy propia de ellos. Pero pudieran seguir aumentando la canallesca inclinación a encarcelar y torturar a líderes de oposición ya sean políticos o de otras esferas de la vida nacional.
BRISAS SUAVES
¡QUÉ MONSTRUOSIDAD! ¿Dónde está el respecto por los Derechos Humanos y la convicción democrática de quienes gobiernan este país? Según palabras de personas, las cuales han visto las cavernas dispuestas por el Sebin, en la zona de la Plaza Venezuela de Caracas, para guardar a presos, sobre todo por sus posiciones políticas, di icen del parecido de esos antros con las mazmorras de la muy temida cárcel: La Rotunda, de la dictadura gomecista. Tal vez Andrés Eloy Blanco, en su dignidad poética y su magnífica utilización del símil, en su condición de huéspedes de aquellas mazmorras y conociendo las del Sebin, tampoco hubiera tenido dificultad de comparación…
CREÁNLO Y ENTIÉNDALO. Una cantidad voluminosa de la gente en diáspora hacia el exterior, muchas de ellas con bagaje de altísima categoría académica, son productos de los cuadros universitarios de izquierda. Personas lanzadas por la calle del medio, dentro de las universidades, postulando las bondades del socialismo y el comunismo, como fórmulas para encausar a la sociedad por las vías del bienestar. Hoy tocan puertas en otros países de América y de Europa. Se van huyendo del monstruo alimentado con sus ideas…
REBUSCA LA FISCAL una ley, cónsona con su deseo de parcialidad, para limitarle al pueblo el uso de redes de comunicación con dificultad para ser controladas por el Gobierno. Vislumbro en ese empeño otra violación a los Derechos Humanos. Señora Fiscal, vaya sumando. Pero recuerde lo universal de la pena y su condición de no prescripción…
QUERAMOS O NO, la culpa de las vicisitudes sufridas por los venezolanos hoy en día no es de Nicolás Maduro, él es apenas un ciego obediente. La culpa es de Hugo Chávez, a quien el pueblo ya ha identificado y la historia condenar. Se asoma el momento de la rectificación, de decirle adiós a Maduro…
BIENVENIDOS TEMPORADISTAS, disfruten y cuiden… USTED VOLVERÁ a leerme.
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