domingo, 1 de mayo de 2016

Opinión: El infierno y Juan Pendejo

Por: TONY RIVERA CHAVEZ
profetanoskagamus@yahoo.com

En su camino hacia la posibilidad de una compra observaba el Pensionado Heroico una de esas colas culebreras establecidas hoy día desde tempranas horas de la mañana en los alrededores de un Centro Comercial por sus partes mas escondidas y allí divisa una mezcolanza socio-política donde la Clase Media se confunde con la mas pobre en una supuesta igualdad de arrecheras ante la escasez nuestra de cada día para recordar el chiste del Infierno cuando un iluso condenado a las llamas observo varios escenarios en el dominio de Satanás y pensó que el mejor era aquel donde no había fuegos, ni calor en brasas y mas bien un aire acondicionaba el ambiente.

Todo estaba dispuesto para las almas en pena en estar sumergido hasta la cintura en una piscina de excrementos y desechos y pidió su inclusión en este salón que para el era el más tolerante de todos los vistos. Estando ya en el sitio con su traje para la ocasión oyó la propia la voz del Maligno anunciando:¡Ahí viene la cuchilla¡ y ¡Zuas¡ todos a uno debían sumergirse en la piscina cada cierto tiempo. A todos se le ocultaba la cuchilla y claro les parecía muy tolerable el asunto y por eso era el lugar donde había más gente. Demagogia satánica. Así nos ocurrió a los venezolanos que huyendo de los gobiernos civiles salimos de pendejos a escoger la piscina para tragar cuanta porquería nos obliga esta Dictadura la cual por cierto marcha hacia la eliminación del Sistema Electoral con el cuento de las “guerras” y con seguridad debe tener preparada una falsa invasión desde el Imperio combinado con el paramilitarismo Uribista para pasarnos la cuchilla electoral y hacernos intoxicar de caca para montar una asamblea Comunal y un Sistema Electoral Comunal donde solo se pueda votar por los “patriotas cubanofilos socialistas” y entonces en cadena Nacional un General Mayor nos dirá: ¡ Ahí viene la cuchilla¡ para ratificar a los miembros del CNE, el TSJ y hacer del Presi-Títere –Monarca sin Corona- hasta que la muerte los separe de los cargos. Todos iguales sumergidos en detritos si no es que se cumple con la Voluntad Popular que suelen tratar de negar pero al final no hay pozo que valga y la cuchilla cambia de manos cuando el pueblo le entra la CIA( corriente interna de arrechera) al cuerpo y todo se derrumba.

Volviendo la mandado terrenal llega Juan al auto-mercado y lo encuentra vació porque la cosa se pone buena después de las 8 y 30 cuando venden la harina, el azucar, la pasta, etc lo cual hacen por puerta especial. O sea, si no te metes en las colas de la amargura solo podrás adquirir NADA para darle solidez a la compra y si acaso unos preparados de pollo como las milanesas que cuestan dos palos y medio(o sea dos millones y medios de los viejos) el kilo. Juan agarra una pasta de dientes o de plancha y la mete en una cesta pero ya han abierto a la masa alienada al Súper. En segundos la cola rebasa la única caja abierta y el pendejo aboga por trato preferencial por tercerista y pensionado y además alegando que esta en el sitio desde las ocho. Todos a uno gritan contra el señalándolo como coleado y diciéndole que debe hacer cola. El pensionado alega. Se acerca un Guardia de la Gorilarquia que le dice: ¡Maestro haga su cola.¡ No se la eche de vivo. Indignado el Heroico revira y le dice: ¡Mira saco de lujuria monetaria¡ ¿Dónde estaban tu a las ocho que no me vistes? El cabo Tercero molesto por la replica toma un aparato de comunicaciones y pide auxilio porque un vejuco civil esta alza’o. Llegan cuatro gordones disfrazados de Robocotes para someterlo. Juan se revuelca en el piso con el gorilon mayor pero la partida va por la Fuerza (desalmada) y allá va: Juan Pendejo para una tanqueta mientras grita: ¡Al revocatorio voy¡ Cuerda de Montoneros. Cachorros de Fidel.

Y como hasta la fecha el pueblo tiene razón pero va preso.

Amanecerá y revocaremos suspiro desde el vehículo el Pensionado Heroico.

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