lunes, 16 de mayo de 2016

Opinión: Solidaridad expresidencial activa

Por: JOSÉ ISIDRO CORDERO

La cooperación política de un país hacia otro, cuando el auxiliado se encuentra en dificultades para orientar su vida institucional, no es cosa nueva; es decir, del siglo XX y lo transcurrido del siglo XXI. Ella ha sido una práctica generalizada desde tiempos inmemoriales. ¿Qué connotación participativa tenía la gesta libertaria de América del Sur? Objetivamente, una cooperación de orden político. Por ejemplo, los ejércitos venezolanos constituidos para hacer respetar la actuación civil en la firma del Acta de la Independencia, fueron hasta el altiplano peruano combatiendo fuerzas militares opuestas al ideal de independencia de los pueblos extendidos en el vasto territorio andino, desde el lado oeste del río Táchira hasta el encumbrado lago Titicaca. De igual forma puede hablarse del avance, con el mismo propósito, de fuerzas militares sureñas viniendo hasta las extremidades del desierto chileno. ¿Quién, en sano juicio, se atreve a negarle, hoy en día, la condición de auxilio humanitario en pro de la libertad política, a ese gesto de múltiples sacrificios?, Nadie.

Como el mundo se mueve en el plano de una aparente manifestación cíclica, en cuanto a las relaciones sociales propias de la búsqueda de condiciones vitales humanamente aceptables, y permanecen siempre actitudes y posiciones restrictivas, muy dispuestas a cercenar esas posibilidades, entonces no pierde vigencia toda inclinación a prestar auxilio. Eso es, precisamente, el aspecto moral impulsador de la voluntad de varios expresidentes de repúblicas en el contexto intercontinental: de ayudar a Venezuela en su tarea de superar la profunda crisis en la cual está sumida por terquedad de mentalidades con características propias de la era medieval. A tal disposición de cooperación, con elementos modernos dentro del campo de la civilidad, es a lo que se opone el Presidente Nicolás Maduro reaccionando con un Decreto de Estado de Excepción concebido bajo fórmula artificial de preservación de la seguridad nacional.

¿Por qué el Presidente Maduro responde con esa fiereza ante el documento de solidaridad de los expresidentes suramericanos y europeos con el pueblo de Venezuela en su deseo de cambio en la forma de conducir los destinos del país? No es nada de profundidad, , los intelectuales castrocomunistas saben de la potencia letal de la opinión internacional contra los regímenes totalitarios, cercenadores de la libertad de las personas y con inclinaciones al irrespeto a los derechos humanos, por ello tratan de cortar cualquier hilo de empatía; y en ese sentido le han recomendado a Maduro poner un pie adelante exigiendo una prórroga al Decreto de Emergencia Económica y decretando, a la vez, un Estado de Excepción, cuyos argumentos de sustentación no tienen consistencia. Está claro; como ya han expresados muchos expertos en la materia, si se le otorga carácter legal constitucional a ese Decreto, los miembros del Tribunal Supremo de Justicia se estarían exponiendo de corresponsabilidad en la arbitrariedad del gobierno contra la voluntad popular. La historia, ¿y por qué no?, la fuerza del derecho positivo los condenará. Ellos no tendrán excusas absolventes de sus actuaciones.

BRISAS SUAVES

UNA APRECIABLE CANTIDAD de personas me han preguntado sobre el por qué el pueblo venezolano ha entrado en tanta pasividad frente a la forma cómo este Gobierno maltrata su dignidad. Las preguntas revelan una angustia. Les respondo recurriendo a mi percepción de profesional de las ciencias sociales: “Porque el pueblo venezolano es bastante inteligente, y tiene un sentido de hermandad que lo compele a no caer en la tentación fratricida”. El pueblo sabe que puede dirimir sus diferencias en las urnas electorales antes que exigir urnas funerarias… LA ACTUACIÓN DEL TRIBUNAL Supremo Justicia (TSJ), con respecto a la oposición a ultranza contra toda ley emanada de la Asamblea Nacional, le ha indicado al pueblo que la presión popular; es decir, la gente en la calle reclamando sus derechos constitucionales es fuerza poderosa para el logro de los objetivos, por eso la MUD convoca a estar en la calle, pero bajo la norma de conducta pacífica y respetuosa, algo contrario a las expectativas tanto del TSJ como del Gobierno, ambos entes esperando actitudes violentas para entrarle de lleno con la represión militar. La concentración del pueblo de Caracas, este sábado pasado, en la avenida Casanova, lo dice bien: El pueblo reclamará sin violencia… ESO SE ESPERABA. Según informaciones llegadas de Caracas –de mis informantes de siempre- dos rectoras del CNE, de tendencia oficialista y quizás inducidas por el Gobierno, han iniciado gestiones para una ronda de conversación, por la puerta de atrás, con la oposición a fin de establecer reglas de juego para el revocatorio, en el conocimiento de la imposibilidad de evitar su realización este año. Están en los primeros intentos. ¿Qué irán a pedir? Bueno, la democracia funciona cuando hay capacidad de ceder… SIN DAR PIE A presunción de inocencia en mí, hago esta pregunta: ¿Cuáles serán los argumentos convincentes del Presidente Maduro, ante la Asamblea Nacional, en procura de aprobación del Decreto de Estado de Excepción? Ojalá no sea: el TSJ me apoya, porque ya eso es vox populi… SEÑOR ALCALDE DE Cumaná, por si no lo sabe, le informo. Los drenes de la ciudad están repletos de basura, malezas y hasta árboles permanentes y vienen las lluvias…USTED VOLVERÁ a leerme.

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