domingo, 5 de junio de 2016

Opinión: Nuevo instrumento político

Por: JOSÉ ISIDRO CORDERO

¿Cuál es la función real de los Comités Locales de Abastecimiento Popular (CLAP), establecidos por el Gobierno Nacional bajo el argumento de ser instancias cooperadoras en la distribución y venta de productos alimenticios regulados?

En principio, ese tipo de organización comunal no es innovación del Gobierno, es copia fiel y exacta de una forma de planificación, puesta en función para darle soporte político y viabilidad de penetración masiva a los “Soviets”, los famosos comités políticos locales fundados y estimulados por la dirigencia comunista rusa, en un intento de controlar toda la actividad social, y cuya gestión fortaleció la de la conformación de la “Unión Soviética”. Desde esos comités se llevaba a cabo la tarea de vigilancia, control y represión de los factores disidentes o contrarios a las ideas comunistas. El esquema organizativo de los soviets fue trasladado e implementado en Cuba, donde han actuado con extrema voluntad represiva contra la población. Ahora, frente a la ineficacia de las “Misiones” como instrumentos de control político-social, atendiendo recomendación de los hermanos Castro, el Presidente Maduro los copia para Venezuela, en procura de seguirle poniendo torniquetes a las fuerzas opositoras. De esa manera, el Presidente aprovecha la crisis de desabastecimiento de productos alimenticios para sustentar su plan, sin despertar la más mínima sospecha de estar conformando un cuerpo civil, apoyado por la estructura militar, para poner mano de hierro en el control social.

Afortunadamente, en Venezuela, las primeras actuaciones de los CLAP revelan el camino por donde se les ha ordenado transitar. En principio, tienen como tarea primordial distribuir los productos regulados casa por casa en las zonas populares; lo están haciendo pero de modo selectivo: sólo a las casas de comprobados militantes del PSUV o de quienes se comprometan a dar testimonio de apoyo al Gobierno asistiendo a actos expresos para ese papel. El Gobierno refuerza esa tarea con decisiones muy específicas y concretas: prohibición de venta de los productos regulados en abastos y supermercados; suspensión de emisión de boletas de circulación a vehículos privados para transportar de ese tipo de mercancía; toma y control de los centros de acopio privados de productos alimenticios. En resumen, toda una estructura montada y entregada militantes políticos oficialistas, en procura de potenciar las bases de sustentación del Gobierno. Por tal razón, cuando decimos afortunadamente es porque ya la población, y sobre todo los ya golpeados por la exclusión, se han dado cuenta de las intenciones y han comenzado a protestar de manera decidida.

Honestamente, un plan de gestión pública tendiente a enfrentar una crisis alimentaria como padece Venezuela actualmente, no puede tener éxito si se concibe con fines políticos inmediatos y criterios de sectarismo, exclusión, amenazas y represión. En el fondo del asunto, el plan de distribución de alimentos en manos de los CLAP es la más clara evidencia de los estertores del Gobierno en su etapa final.

BRISAS SUAVES

¡QUIÉN LO IBA A CREER! Por la petición de auxilio al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), proveniente de los inquilinos de Miraflores, ahora la lanzadora de golpes al hígado del Gobierno es la Asamblea Nacional (AN). Según el consultor jurídico de Miraflores, en petición de amparo al TSJ, la AN agrede al Gobierno en sus facultades constitucionales. Eso es un desplanten porque quien maltrata, viola, patea, destroza a la Constitución Nacional es el Gobierno. Entonces, frente al hecho cierto de estar el diputado Henry Ramos Allup, presidente de la AN, en disposición de presentarse ante la OEA para hablar del caso Venezuela, el Gobierno pretende acusarlo de usurpación de funciones, tratando de ocultar la condición de ser el señor Ramos representante de uno de los poderes públicos venezolanos, como lo es el Poder Legislativo. Pero, por encima de eso, el diputado Ramos, no asiste a ese foro internacional en misión diplomática, sino como un ciudadano a quien le asiste la facultad de denunciar atropellos contra los derechos humanos y los principios democráticos… SE VEÍA VENIR esa reacción. Tanto el Gobierno como la oposición se adjudican el triunfo en la última Asamblea General de la OEA. Eso era previsible. En el mundo diplomático el lenguaje se parece bastante a la forma de hablar en la antigüedad: en parábola, especie de narración de donde se deduce una enseñanza, de la cual cada quien saca sus conclusiones conforme a su conveniencia, pero cada quien sabe hacia dónde apunta la enseñanza. El lenguaje diplomático está compelido a dejar espacio para distintas interpretaciones. Despliego una: En la parábola de la OEA hay una vidente condena al Gobierno venezolano… ¿ESTARÁ BUSCANDO ORIENTACIÓN y recursos para solucionar esos problemas? Cumaná, la ciudad primogénita del continente, la cumpleañera de los 500 Años, está saturada de aguas servid as, tiene obstruidos el sistema de drenes, tiene sus calles plagadas de huecos, y nuestro Alcalde, el señor David Velásquez, según me han dicho, lleva casi un mes por Alemania (¿Quién paga esos viajes?). Los alemanes tienen muchas ideas de cómo solucionar los problemas de las ciudades… CREANLO SIN NINGÚN atisbo de duda. Los altos representantes del Gobierno negocian su salida. Llegar a un buen trato es la misión de los expresidentes enviados por Unasur… USTED VOLVERÁ a leerme.

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