JOSE ISIDRO CORDERO
ventanapan2@yahoo.com
¿Habrá algún país en el mundo que, en momentos electorales, la fuerza de los alicientes materiales, el grito reclamante del estómago, no imponga su voluntad en la aparición del voto? En todos. Ese fenómeno tiene carácter universal. Por supuesto, su aplicación supone una relativa confrontación con la ética, y con la circunstancia de admitir la igualdad entre los humanos a la hora de mantener valores que rijan bajo estamento de la dignidad. También hay que considerar que la conquista del poder, su detentación y su mantenimiento va en línea divergente con la racionalidad; transita sí, por los espacios de la insondable condición del alma humana, donde se le rinde tributos a la bestialidad. En ese espacio, cualquier actitud, aun cuando vaya agarrada de la mano con la insensatez y el atropello, será vista con mirada disimulada.
Acabamos de sobrepasar, en Venezuela, un acontecimiento electoral en cuyos resultados estaba anidando la esperanza de todos, conforme a la óptica de la teoría posicional, según la cual cada individuo observa y discierne sobre las cosas de acuerdo a la ubicación que tenga en la sala donde se entrelazan los acontecimientos. De tal manera que todos, en concordancia con nuestras posiciones, teníamos las esperanzas puestas en la bondad del voto; Visto así, unos esperanzados en que siguiera el gobierno, otros, en que la oposición pasara a ser gobierno. Afloró la primera opción, mientras que los otros, que, por las emocionantes conglomeraciones populares clamadoras de cambio, consideraban un hecho irrefutable sus aspiraciones, piden y buscan, en el vaho turbio de la frustración, una explicación convincente de lo frágil que resultó aquello considerado vigoroso.
En verdad, y es de esperarse, hasta ahora nadie, ni el más frío de los observadores ni el más desapasionado analista, se ha atrevido a asomar una conclusión. Lo que sí está bien afincado en la mentalidad de los actores participantes en el proceso, es que, los resultados jamás deberán considerarse como producto de un fraude. Admitida esa consideración que, en efecto, nada dice sobre las causas de la derrota, la petición de una explicación fácil de digerir sigue en pie. Sin pretender llegar a acto conclusivo, asomar la idea de que el 7 de octubre fue la culminación o la meta alcanzada de algo que se venía moldeando desde muchos meses atrás tiene asidero. Digamos que la victoria del gobierno se comenzó a fabricar, con una técnica perfecta, a partir de las elecciones parlamentarias, cuyos resultados hablaron claramente sobre el rumbo que iba tomando el sentimiento popular. Percatado el gobierno de esa demarcación de terreno, puso en marcha el más descarado programa de ventajismo electoral jamás experimentado en países democráticos del mundo. Todos los órganos del Estado, toda la estructura del gobierno, toda la bolsa de dinero de la República, dispuestos para que el ventajismo triunfara.
BRISAS SUAVES
¡NADA DE SORPRESA! Para los lectores de esta columna, la designación –a dedo- de Luis Acuña Cedeño como candidato del PSUV a la gobernación de Sucre, no constituyó evento sorpresivo. Hace varios meses, cercano a los días en que la MUD celebró elecciones primarias para escoger sus candidatos, dije, por este mismo medio, palabras más palabras menos, que mi colega Enrique Maestre, actual gobernador de Sucre, había perdido toda posibilidad de repetir, y precisé que el candidato sería Luis Acuña Cedeño. En aquel entonces, gente del PSUV y de otros partidos me llamaron o me enviaron mensajes dando opiniones distintas. Para los que, de algún modo, sabemos sacarle información a los acontecimientos en curso, llegar a conclusiones como la indicada le resulta más fácil que a otros. Una cosa debemos dejar sentado: Chávez no le negó la posibilidad a Maestre, fue éste quien se empeñó en no ser…
PENSANDO EN EXACTA dimensión de lo que vamos transitando, escudarse del tema electoral va a ser difícil, desde ahora hasta más allá del mes de abril del año próximo. Como referí en la columna pasada, el combate electoral sigue. Ahora la lucha es por conquistar los espacios del poder político gubernamental en los estados; a la luz de lo que recién ha dicho el pueblo con sus voto, la acuciosidad precisa un horizonte donde la oposición gana una decena de gobernaciones. La del estado Sucre será una de ellas.
TENEMOS CONOCIMIENTOS de que, para competir por la Gobernación de Sucre, se inscribieron cuatro candidatos: Hernán Núñez, de la MUD; Elías Ocque Ortiz, por iniciativa propia; Félix Rodríguez, por iniciativa propia, pero de militancia en el PSUV y Luis Acuña Cedeño, también del PSUV. Estos dos últimos, tal vez con una diferencia a favor de Acuña, parece que tienen pesos políticos casi iguales; de forma tal que la carga electoral del PSUV en Sucre se reparte en porciones equilibradas. Es cuestión de ver si Rodríguez logra superar la imposición…
EN EL ESTADO MONAGAS la oposición inscribió dos candidaturas a la Gobernación: Soraya Hernández de la MUD, quien obtuvo la postulación en elecciones primarias y José Gregorio “Gato” Briceño. Eso complica las posibilidades de triunfo de la oposición: ambos, candidata y candidato lo saben; bajo ese saber, piensan solucionar el problema a mediados del mes de noviembre, mediante un sondeo de opinión que permita captar hacia dónde se inclina la preferencia popular. El que tenga más bajo nivel de popularidad para el momento, aparta sus aspiraciones y se pliega al otro. Creo que es buen método…
PUNTEN EN LA LIBRETICA. Después de entregar la Gobernación de Sucre, el sociólogo Enrique Maestre pasará a ocupar la presidencia de la Oficina Nacional Antidrogas. Según comentan, el Presidente Chávez lo quiere tener cerquita para ver si puede desbaratarle el nido de cucarachas que tiene en la cabeza…
USTED VOLVERÁ a leerme.
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