Opinión: ¿Qué es lo que quiere la oposición?

De: Amalio (Mayito) Solano

Si el Artículo 231 de la Constitución venezolana es tan claro, tan cristalino como agua de manantial cuando despunta el alba, ¿qué es lo que quieren los señores de la oposición? Ese artículo se ha venido explicando tal como se debe explicar y no como lo hacen ellos interpretándolo a su manera para enredar a sus seguidores.

La verdad que son incomprensibles estos señores que adversan al comandante Hugo Chávez. Nunca lo han querido como Presidente de Venezuela y de todos los venezolanos; lo odian, lo detestan, le nombran la madre cada vez que se acuerdan, lo maldicen, le desean la muerte, han denigrado de él y no pueden estar sin Chávez.

El vocero de la Mesa de la Unidad Democrática (será de la desunión), Ramón Guillermo Aveledo, está muy preocupado. El señor anda mortificado (como en los Estados Unidos) por saber más de lo que el Vicepresidente Nicolás Maduro, el Ministro Arreaza y el Ministro de Información Ernesto Villegas han venido informando. Él quiere más. Pero, ¿por qué tanta preocupación por la persona más odiada por la oposición? Al que le dieron un golpe de Estado y al que el pueblo lo rescató, al que quisieron matar. ¿Por qué se preocupan ahora tanto por él?

Aveledo habla de que faltan datos. ¿Cuáles? Él está empeñado en que si el día diez Chávez no se juramenta, se debe llamar a elecciones. ¿Y quién no sabe eso? Ciertamente, hay que hacerlo, pero eso tiene un procedimiento que no es así como ellos quieren a que se proceda. No señor. Si el comandante no puede juramentarse hay que esperar. Ahí está el Tribunal Supremo. Hará lo que le corresponde y luego se procederá. Eso está en la Constitución y ese artículo lo explica muy bien.

Allá en los Estados Unidos también están preocupados. Llevan 14 años en eso. Ahora están pidiendo que haya elecciones transparente para ver si pueden volver las relaciones, porque según ellos ha sido muy difícil con este gobierno. Difícil no, que Chávez no se ha dejado doblegar por ellos ni que tengan injerencias en nuestra patria. Y así es que tienen que hacer todos los presidentes progresistas del mundo. No dejarse doblegar por los gringos.

Nuestra Constitución nosotros la entendemos, ya lo dije en artículo anterior, por eso no nos dejamos enredar por los opositores. Y a cada mentira de ellos hay que salirle al paso. Si la oposición no ha entendido que Hugo Chávez es el Presidente de todos nosotros los venezolanos, que van a estar entendiendo la Constitución que fue hecha por un pueblo que así la quiso y la aprobó. A lo que ellos nunca se unieron ni se han unido a los proyectos del gobierno.

Los integrantes de los partidos de la derecha, deben entender que su manera de gobernar quedó en el pasado. Lo que ellos vieron imposible de realizar (porque nunca pensaron en hacer progresar a Venezuela), se ha hecho posible en este gobierno socialista, democrático e incluyente que en estos pocos años de gobierno, comparándolo con los años que estuvieron en el poder los adecos y copeyanos, se ha progresado con visión de patria hacia una gran nación.

¿Qué es lo que quieren, volver al poder? Eso es imposible. No volverán. Y si Chávez no puede asumir el mandato nuevamente o llega a fallecer, su ausencia sí contribuirá a que se consolide el socialismo. Para eso dio una orden que será cumplida y su pupilo Nicolás Maduro, será el presidente.

Así que no estén pensando embochinchar el país, en guarimbear, en quemar palmeras, en incendiar la ciudad que eso no les quedó bien ni les va a quedar. No piensen en paralizar al país, en destruirlo, en causarle pérdidas millonarias como lo hicieron, en asediar la embajada cubana, en traer paramilitares desde Colombia para atacar la Presidencia y matar a al Presidente, en que intentar que explote un barco en el lago de Maracaibo y en desear que tumben el puente No crean que van hacer lo mismo ni algo parecido a que contribuya a la destrucción del país.

Lo oposición lo que anhela es el poder, tienen una ansiedad de volver a entregarles el petróleo a los gringos. Dicen solidarizarse con el comandante, pero no lo hacen de corazón. Y como dijo Diosdado: “No le creo ni esto”.