sábado, 7 de junio de 2014

Opinión: Precios justos, ¿conformismo revolucionario?

Por: ECON ANTONIO JOSE RIVERA CHAVEZ
guaripeterojo@outlook.com

Las aspiraciones compulsivas hacia un Capitalismo Popular ejecutados en Programas derivados del Plan(y Peinilla)de la Patria son una quimera “socialista “para la construcción de un orden eterno donde el capitalismo(popular) de Estado se presente como Nuevo Orden donde el precio justo afina la plusvalía y la ganancia reducida ahora es una excusa saludable para mantener por razones de Estado el salario en términos paupérrimos ajustado a la necesidad nacional de eliminar la acumulación de Capital con lo cual no solo se limita el crecimiento de las empresas sino una mejor vida para el trabajador por cuanto el contrato colectivo era una mejor vida para el mismo por cuanto el Contrato Colectivo era una forma de distribución de la plusvalía cuando en estos compromisos de la Empresa se repartía en parte la ganancia hacia el sector laboral.

La tal Ley de Precios Justos sacada de las arcas de los tiempos de la Escolástica removiendo las raíces cristianas de la Economía del libre mercado que no es otra cosa que liberalismo económico o/y capitalismo solo puede entenderse como parte de un sistema organizativo(sin nada que ver con socialismo científica) basado en la propiedad privada incluso de los bienes de producción que utiliza el mecanismo de los precios para la eficiente asignación de recursos y en el que todas las personas “libremente” responsables pueden decidir las actividades que deseen emprender asumiendo el riesgo del fracaso pero en nuestro caso se trunca por la intervención del Estado (“socialista”)el cual pretende evitar ese flujo de mercado, precios y ganancia para aniquilar la competencia y asumir el rol de Padre (Estado) Capitalista protector capaz de cuidar de todos los agentes económicos evitando sus “fracasos”. Aquí el voluntarioso Estado se convierte en freno constante al crecimiento y desarrollo económico mostrando un carácter dual donde ni son socialistas, ni son capitalistas si no una especie de Sistema burocrático donde el burocratismo es la cara maléfica de la producción, consumo y distribución de bienes pero como el burócrata no labra la ganancia si no la recolecta de los Fondos Públicos ,la acumulación de capital necesaria para la Inversión no existe y ya observamos como la Economía Nacional marcha por derroteros de morosidad sin verse otra cosa que Misiones que son más bien reflejo cristiano de la caridad pública.

Hasta ahora los llamados a la crítica se han conformado en “conformistas revolucionarios” del siglo XXI para poner los clavos en la tumba del socialismo el cual debe caracterizarse para comenzar por la revisión y construcción de un Nuevo Modelo original y ante todo basarse en el Poder del Pueblo lo cual no funciono dada la absorción de su voluntad por la vía del culto a la personalidad hacia un hombre remachando con esto el gran error de los socialismos del siglo XX como punto de partida de lo que no pudo ser. Es necesario depurar el pensamiento, reconocer exabruptos criminales y empujar el Estado hacia su propia extinción buscando la eliminación de esa forma revolucionaria del “burocratismo” donde el Administrador de los Recursos del Estado se convierte en voz del pueblo (y hasta de Dios) y con ese tono de mando cuartelario hacer y deshacer a nombre del soberano. Los “pensantes” del sector del cambio están más ocupados en sus propios intereses e ingresos que en una revolución. Razón por la cual se ejercitan justificando la “contra-revolución” que siempre salió de las propias filas de los tales “guerreros radicales del socialismo” como lo cuenta la historia. Un revolucionario no puede calificar de buena esta intentona fallida de revolución al menos que esté haciendo el papel del avestruz acosado. Sin crítica no hay movimiento. Esto es capitalismo y más na.

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