domingo, 7 de febrero de 2016

Opinión: Reinado de la inconsciencia

Por: JOSÉ ISIDRO CORDERO

¿Tendrá el Presidente Nicolás Maduro exacta precisión sobre las posibles consecuencias negativas, para la paz y la concordia nacional, derivadas de su llamado a la rebelión popular? Por el comportamiento mostrado durante el ejercicio de su mandato, cargado de toda forma de extravíos, desaciertos, insensateces, cabe cualquier afirmación. Es algo insólito ese llamado a rebelión popular frente a decisiones legales e institucionales provenientes de la Asamblea Nacional (AN). Si alguien se dignara revisar los archivos donde reposan los registros de acontecimientos históricos en América Latina del siglo pasado y del presente, seguro estamos, no encontrará la más mínima pista de un presidente de República llamando a rebelión popular como manera de oponerse a decisiones provenientes de otro órgano del Poder Público, emanado de la voluntad libre y soberana del pueblo.

Si precisamos bien y establecemos con claridad cómo debe ser el apego a los principios democrático, la rebelión a la cual llama Maduro va más allá de ser un capricho contra quienes integran la bancada mayoritaria de oposición en la AN, es una temeridad contra el pueblo por haberse manifestado, mediante el voto, contrario a su desatinada gestión administrativa. El rencor, un sentimiento perverso, propio de hombres con espíritu pequeño, anidado en Maduro y modulador de su conducta, desde el día siguiente a las elecciones parlamentarias, lo ha exacerbado al extremo; tanto como para hacerlo aterrizar en esa expresión, muy propicia a los deseos de abrir una turbulenta ola de odio entre venezolanos.

En cualquier otra parte del mundo, ese llamado a la rebelión, de una persona en ejercicio de la Presidencia de la República en su país, como Nicolás Maduro en el nuestro, hubiera causado revuelo institucional de inmenso retumbo. Lo mínimo hubiese sido activar inmediatamente los mecanismos legales, en el orden democrático, para forzar su renuncia al cargo. Maduro ha hecho tal proclama, no por ignorancia de los efectos nocivos, sino por inconciencia y fanatismo de una persona inmersa en el pantanal donde pretende permanecer. Si el caso es tan grave, ¿por qué la expresión de Maduro se admite, en Venezuela, como una más de sus bravuconerías y los representantes de las instituciones, con excepción de la Asamblea Nacional, se ubican en la contemplación pasiva? Por solidaridad de pares envueltos en el mismo aurea de inconciencia, al cual los empuja el hecho de estar chapaleteando en la misma ciénaga. Porque en igual conducta a la de Maduro, les importa un bledo el sufrimiento del pueblo y si nos matamos entre venezolanos con tal de conservar ellos sus excelentes privilegios. Ellos viven bien en el reino de la inconciencia donde la irresponsabilidad no les causa insomnio.

BRISAS SUAVES

NO ES PARA RISAS, es dramático el episodio. Este miércoles pasado el Gobernador de Sucre, a través de los medios de comunicación, comparó a la señora Iris Valera, Ministra Penitenciaria, con el Gran Mariscal Antonio José de Sucre en la condición humanitaria de éste al tratar a los prisioneros de guerra. Casi dejó establecida una reencarnación de Sucre en Valera, al sacar a colación una supuesta revelación humanitaria de esta señora en el tratamiento de los presos comunes y el adecentamiento de las cárceles del país. Esas palabras del Gobernador van por la línea del pensamiento revolucionario del siglo XXI, según el cual Simón Bolívar reencarnó en Hugo Chávez, y buscando un paralelismo, se encuentra la reencarnación de Sucre en Iris Valera. ¡Señor Gobernador, deje fuera la actitud de aprontado. Una cosa es la situación de soldados prisioneros, por haber perdido una batalla, y otra la de reos por haber cometido actos contrarios a la sociedad! Ciertos, estos últimos merecen ser tratados dentro del cauce de los derechos humanos, pero no hay plano de comparación…

ESTÁ RECIBIENDO CON claridad, Chúo Torrealba, las voces populares; por eso ha dicho: “Los diputados de la oposición, recién electos no deben sucumbir a otras aspiraciones. Los elegimos para diputados y deben agotar su legislatura”. En boca de Chúo ese clamor tiene resonancia, pero yo también he oído ese planteamiento. Por eso digo, quédense en sus cargo y demuestren capacidad de acción. Luego vendrán nuevos derroteros…

UN ESCÁNDALO SE HA formado, y hasta habrá razón para ello, pero quien esto escribe no ve gravedad en el caso. Según informaciones, el Banco Central de Venezuela (BCV) piensa recurrir –o lo está haciendo- a las reservas en oro para subsanar los compromisos por servicios de la deuda externa. Para eso son las reservas, ya sean en divisas líquidas o en metales preciosos, para garantizar y cumplir compromisos como los indicados. La reflexión válida es: ¿por qué, esta administración, habiendo recibido ingresos por encima del billón de dólares, durante el transcurso de 15 años, no tiene divisas para encarar los compromisos de la deuda y debe recurrir a las reservas en oro? A dar una explicación de ese fenómeno, ante la Asamblea Nacional, se niegan los genios de las finanzas públicas…

SIN MÁSCARAS Y SIN disfraces. Con voz tronante debemos decirlo: ¡Maduro tiene el deber de ayudar a solucionar el problema, y la vía más expedita es su renuncia a la Presidencia!... USTED VOLVERÁ a leerme.

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