domingo, 14 de febrero de 2016

Opinión: Jugando al caos

Por: JOSÉ ISIDRO CORDERO

Está de anteojitos, Desde inicio de agosto del año pasado, cuando la crisis de desabastecimiento en alimentos, medicinas y productos para la higiene, comenzó a dar síntomas de testarudez, en los venezolanos se inició la conformación de una matriz de opinión, apuntalada a dejar sentada la idea de no estar el Presidente Nicolás Maduro a la altura del reto para enfrentar con éxito los problemas y lograr definir un camino visible en procura del progreso nacional.

Los estudios y sondeos de opinión, realizados por firmas de reconocida seriedad, ya testimoniaban una tendencia irreversible a la derrota del oficialismo en las elecciones parlamentarias. Además, en esa etapa, se comenzó a exigir, abiertamente, la renuncia de Nicolás Maduro a la presidencia de la República. Dentro del oficialismo surgió la tesis de actuar en dos direcciones: Una, hacer uso, sin recato, de todos los recursos del Gobierno para evitar el logro de la mayoría calificada por parte de la oposición en las elecciones del 6D. Dos, crear un ambiente propenso a una reacción popular de gran magnitud, la cual pudiera tomarse como excusa para, en caso de necesidad, abandonar el Gobierno bajo el argumento de haber sido desplazados por fuerzas reaccionarias contrarias a la “revolución”.

Como hemos visto, el supuesto del triunfo de la oposición en las parlamentarias pasó a ser realidad, mientras la otra acción; la de crear un ambiente propenso a una reacción popular le ha sido imposible al Gobierno lograrlo, debido a una renuencia de los venezolanos a entrar en una confrontación de imprevisibles consecuencias. Sin embargo, el Gobierno sigue apostando a la eficacia de esa acción; y lo hace con pasos bien calculados, los cuales inició pocos días después de las elecciones del 6D con la designación de unos magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) adoctrinados para contribuir, indefectiblemente, con todo movimiento del Gobierno dirigido a crear el caos.

Una cosa muy importante delata a ambos órganos del Poder Público: al Gobierno y al TSJ, ninguno de los dos confecciona mecanismos para superar la crisis: Por el contrario, juegan al caos, a seguir sumiendo al país en la incertidumbre y la desesperación, buscando una revuelta popular, bajo dos propósito: Primero, si es controlada por el Gobierno mediante el uso de las armas, defenestrarán a todos los opositores y se quedan con el poder para siempre. Y segundo, si la situación los sobre pasa, saldrán a otras fronteras a denunciar haber sido depuestos por fuerzas malignas y plantear el hecho como excusa para no verse conminados a presentar cuentas ante el país y ante la historia. Sí, doctor Henry Ramos Allup, su pregunta sobre si Maduro juega al desastre tiene como respuesta una certeza.

BRISAS SUAVES

LOS MENDOZA SE ESTAN convirtiendo en la piedra en el zapato para el Gobierno y para el Presidente Maduro en particular. Ya en los tiempos del surgimiento del movimiento independentista de Venezuela tuvieron figuración muy incómoda para la corona española. Si bien recordamos un Mendoza (Cristóbal) fue el primer Presidente de Venezuela (1811). Ahora, un Mendoza, aun en prisión, sigue moviéndole el piso político al Gobierno; otro Mendoza le mete las chivas en el corral a Maduro, cuando le dice: “Deme las empresas expropiadas por el Gobierno para ponerlas a producir y demostrarle cómo se combate la crisis”. Eso crispó a Maduro llevándolo a la catalepsia. Como si fuera poco, otro Mendoza (Nacho), desde la tribuna de oradores de la Asamblea Nacional, con datos incuestionables, le cuenta al país sobre las andanzas de vida cómoda de los más furibundos apegados a la revolución socialista, provocándoles ellos desesperantes manifestaciones de rasquiña como si hubiesen sido invadidos por el zika. Sin embargo, Mendoza no es un apellido masivo en Venezuela, pero sí más extendido que el apellido Moros, de procedencia colombiana…

EN SU LÍNEA DE pensamiento, manifestada durante muchos meses, el doctor Eduardo Fernández, en artículo de prensa publicado tres semanas atrás, vuelve a recalcar la necesidad del diálogo como vía expedita para arreglar exitosamente los problemas de la crisis venezolana, cuyos diagnósticos todos conocemos. Pero en esta oportunidad expresa, palabras más, palabras menos: “Un cambio de Gobierno debe hacerse con la participación de Maduro”. Algunos han interpretado como si fuera dejando a Maduro de Presidente. No, es Maduro como apoyante y colaborador con la fórmula acordada para su reemplazo. En mi concepto, eso sería lo menos traumático…

LOS TRES DIPUTADOS por la oposición, a la Asamblea Nacional del estado Sucre: Milagros Paz, Goyo Noriega y Robert Alcalá, están reuniéndose constantemente con sus electores. Van a las sesiones de la Asamblea y luego, vienen al encuentro cara a cara con la gente para oír sus planteamientos y conocer de sus inquietudes. Ese debe ser el trabajo de un parlamentario. De los tres diputados por el oficialismo, no puedo decir nada, porque ni siquiera yo, una persona de amplio andar en la política, los conozco…

TENGAN ESTO PRESENTE. En mi pueblo natal, pueblo de agricultores, la gente hacía suyo un dicho: “Todo fruto maduro cae, sólo es cuestión de esperar el toque de una sostenida brisa”. La experiencia confirma la sentencia… USTED VOLVERÁ a leerme.

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